“Mi leche no alimenta”

Debéis saber que...

No es verdad.

La leche de todas las madres alimenta, pero hay que darle el pecho al bebé tantas veces como pida.

Cuando se inicia la toma, la primera leche que sale tiene más cantidad de agua y azúcares.

Después de un rato de succión y vaciado se hace más espesa, por tener más contenido en grasa, que sacia y engorda.

Pero no hay que olvidar las crisis de lactancia o brotes de crecimiento, que es la forma en la que el bebé consigue que su madre fabrique más leche. El pecho fabrica según la demanda, y así aumenta el número de tomas sin dejar el pecho. Se pega literalmente al pecho de su madre. Una vez conseguido el objetivo, la lactancia vuelve a su curso normal.