¿Qué es útil saber sobre un bebé de menos de un mes?

Hay aspectos en el recién nacido que aun siendo normales preocupan a los padres y consultan al pediatra.

Aspecto general y piel:

Es normal que a partir del segundo día de vida la piel se pueda poner amarillenta (ictericia) y que dure unos días. La duración puede ser mayor si toma lactancia materna, sin que haya que quitarla por esto. Si la piel está muy amarilla, se hacen controles en el hospital. A veces hay que poner fototerapia antes del alta para prevenir problemas. Es raro tener que tratar con terapias más invasivas.

Las manos y pies suelen estar más pálidos e incluso más fríos que el resto del cuerpo por cómo se reparte la sangre en el cuerpo. En cualquier caso no hay que sobre-abrigar a los bebés.

A veces tienen unos granitos blancos en la nariz o mejillas que se llaman “miliaria” y que son normales. Otras veces van saliendo granitos pequeños rojos sobre-elevados por algunas zonas del cuerpo, salvo en palmas y plantas, que se llaman eritema o exantema tóxico del recién nacido y no supone ningún problema.

A algunos bebés les salen manchitas rojas en la frente, o en medio del labio superior; o bien en la zona de la nuca o parte baja de la espalda. Solo habrá que vigilar, ya que suelen desaparecer. Son los famosos “antojos” de las abuelas. Otros niños tendrán una mancha azulada en la zona lumbar que se llama mancha mongólica y que también es un hallazgo normal.

El niño suele tener una actitud con los brazos y piernas flexionados. Suele moverse en bloque con la apertura de brazos bruscos ante los movimientos rápidos. Es el famoso reflejo de Moro que es también normal.

Suele llamar la atención de los padres, que durante el sueño, emiten con frecuencia ruiditos y sonidos guturales, que no pocas veces dificultan la conciliación del sueño. Hay que observar para hacernos a ellos, y comprobar en caso de duda que el niño tiene buen color y reacciona al estimularle.

Cabeza y boca:

En la cabeza se palpan dos zonas más blanditas (una anterior y otra posterior más pequeña), que son las fontanelas o zonas de unión de los huesos que forman el cráneo y que se unirán en torno al año de vida. A veces también tienen un bulto blando (caput sucedaneum) que es la zona de apoyo en el canal del parto o la zona donde se le puso la ventosa para facilitar el parto.

Es normal que el niño de vez en cuando presente estrabismo (se ponga bizco) de un ojo, del otro, o de ambos a la vez. Será pocas veces y no fijo. Puede durar hasta los 6 meses de edad más o menos. Cuando es fijo (es decir siempre el mismo ojo todo el rato) será visto por el pediatra que indicará revisión en oftalmología.

En la boca se comprueba que pueda mover la lengua con libertad arriba y abajo para no dificultar la lactancia. Si hay frenillo que impida la succión, se podrá actuar lo antes posible para solucionarlo.

A veces aparece un pequeño “callo” de succión en el labio superior, que no supone ningún problema para el niño.

Es frecuente que el bebé presente lagrimeo o legaña persistente en uno o ambos ojos los primeros meses de vida. Suele ser porque a veces nacemos sin tener abiertos los orificios lacrimales que es por donde sale la lágrima del ojo. Cuando no se resuelve solo al año de vida, suele requerir una intervención para arreglarlo.

En la visita del mes suelen verse las famosas engordaderas (dermatitis seborreica) del recién nacido. Son granitos a veces amarillentos y algo descamativos que están en la cara, frente y mejillas y por detrás de las orejas. Al igual que la costra láctea del cuero cabelludo son normales y no suelen requerir tratamiento.

Respiración:

Suele ser irregular y a veces parece que va en pequeñas salvas unas más rápidas y otras veces más lentas. Es algo normal; no obstante, es algo que va a ser revisado por el pediatra en las visitas rutinarias.

Abdomen:

Suele ser prominente en los recién nacidos, pero blando cuando se palpa. A veces justo por encima del estómago se nota la punta del esternón, que se moverá al respirar. El ombligo puede no estar cerrado del todo y presentar una hernia umbilical, que no hay que tratar de forma inmediata.

Otras veces, el ombligo, al caer el resto de cordón umbilical, presenta una especie de granito o granuloma umbilical, que será valorado por el pediatra, por si hay que tratarlo.

Genitales:

Los varones suelen tener algo de líquido en la bolsa escrotal, que va desapareciendo con los días o semanas. No hay que hacer nada para retirar el prepucio, solo ver que el chorro de la micción es vigoroso.

Las niñas pueden emitir secreción o flujo a través de la vagina. A veces sangran como si fuera una pequeña menstruación. También es normal y no supone ningún problema. Hay que recordar limpiar siempre en sentido antero-posterior la zona genital para evitar llevar gérmenes desde el ano a la vulva. Suele haber en esta zona restos de “caseum” o capa grasa que recubre al recién nacido al nacer. No hay que limpiarlo de manera vigorosa, poco a poco, se irá quitando

El enrojecimiento de los genitales se debe más a un factor hormonal que irritativo por lo que no hay que aplicar cremas o pomadas de manera rutinaria. También puede verse hinchazón en las mamas, tanto en niñas como en niños e incluso emisión de gotitas de leche. Se recomienda no manipular y solo limpiar cuando se bañe.

Caderas:

Si nuestro bebé es niña, estaba en posición nalgas, hay antecedentes en la familia de problemas de cadera o bien el pediatra viera algún problema, se podrá pedir una ecografía a partir del mes de vida. Con ello se verá que los huesos de fémur y pelvis confrontan con normalidad.

Manos y pies:

Como ya dijimos pueden tener un color algo más pálido que el resto de la piel. Las uñas se pueden cortar cuando haga falta. Si el bebé se araña se pueden limar de forma suave o cortarlas. Habrá que hacerlo con unas tijeras de punta redonda.

Y con esto damos por concluido este mini-repaso de ayuda para papás inexpertos. Os recordamos que en otros artículos podréis encontrar ayuda adicional y otros muchos temas de interés.