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Disgrafía. ¿Por qué le cuesta tanto escribir bien a mi hijo?

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Fecha de publicación: 9-02-2022

Dentro de los trastornos del aprendizaje destacan la dislexia o el trastorno de atención e hiperactividad (TDAH). La disgrafía es otro trastorno menos conocido, que afecta a la escritura. Está muy relacionada con el habla y la lectura. La tienen un 5 a un 20 % de los niños.

Desde el inicio de la escolarización se ve mucho esfuerzo y lentitud para escribir. Aumenta a medida que progresa en los niveles educativos.

Hay que reconocerla y tratarla precozmente, para que no afecte su rendimiento escolar y su autoestima.

¿Qué dificultades pueden presentar los niños que tienen disgrafía?

La disgrafía no solo se nota en una escritura ilegible. Los niños que la padecen tienen dificultades a nivel visoespacial, motora fina, organización y procesamiento del lenguaje, deletreo/escritura a mano, ortografía y gramática.

Dificultades visoespaciales:

  • No organizan bien las palabras en la página, de izquierda a derecha.

  • Problemas de discriminación de las formas y el espacio entre letras. Su escritura es irregular en tamaño y forma. Así como la distancia entre palabras, a veces las escriben juntas.

  • Les cuesta escribir en una línea o pintar dentro de los márgenes.

  • Dificultad para leer mapas, dibujar o reproducir la forma de un texto.

Dificultades motoras finas:

  • Al escribir, recortar, armar rompecabezas, escribir mensajes de texto, usar el teclado del ordenador e incluso dificultades en su día a día como abotonarse, atarse los cordones. Al costarles coger correctamente el lápiz, alternan trazos suaves y fuertes sin sentido. En su escritura habrá letras muy apretadas con un trazo fuerte y otras con un trazo muy suave que apenas se ven.

  • Posturas incorrectas al escribir, con excesiva rigidez o laxitud. La espalda la ponen muy cerca de la mesa o se inclinan en exceso.

  • No coordinan bien los movimientos de la mano, muñeca y antebrazo cuando escriben o dibujan.

  • Refieren que se les cansa la mano al escribir y a veces les duele.

  • Les cuesta hacer el trazo, dar inclinación de la escritura y trazar la dirección de los giros.

Dificultades para el deletreo/ para la escritura a mano:

  • Confunden y cambian las letras o las omiten en medio de una palabra, incluso cuando copian un texto.

  • Mezclan letras mayúsculas y minúsculas.

  • Mezclan cursivas y letra de imprenta.

  • Borran mucho y hace tachaduras.

  • Tienen problemas para entender su propia escritura e identificar si la palabra está mal escrita.

  • Si usan un corrector de ortografía, no pueden reconocer la palabra correcta.

Dificultades en el procesamiento y organización del lenguaje escrito:

  • Para contar una historia o componer textos.

  • Para organizar lo que escribe. A veces empiezan por la mitad, se pierde en la idea y a veces no explica lo fundamental.

  • Usan descripciones muy pobres, frases simples y confusas.

Problemas en la ortografía y gramática:

  • Cometen faltas de ortografía, sobre todo los signos de puntuación (comas, puntos) y las tildes.

  • Mezclan tiempos verbales.

  • Escribe oraciones muy largas. Usan demasiadas comas.

  • No comienza las oraciones con mayúscula.

Todos los niños, cuando comienzan a escribir, pueden presentar las alteraciones expuestas. Pero si persisten en el tiempo y sus habilidades para escribir se sitúan claramente por debajo de lo esperado para su edad, hay que descartar una disgrafía.

¿Por qué le pasa esto a mi hijo?

El niño que escribe mal o lento no quiere decir que tenga discapacidad intelectual o neurológica.

Para aprender a escribir el niño tiene que adquirir unas destrezas motoras y psicomotoras. Son habilidades complejas que se conocen como grafomotricidad. Incluyen el tono muscular, control de la postura, el área vestibular del oído interno, la coordinación visomotora, el concepto espacial y la percepción visual. El niño con disgrafía tiene dificultades en la grafomotricidad.

También tiene dificultades en unas funciones del cerebro que se llaman ejecutivas (almacenar las palabras escritas y recordarlas).

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Es un trastorno específico del aprendizaje que tiene unos criterios diagnósticos en la clasificación DSM-V.

Puede acompañarse de otros trastornos de aprendizaje, como dislexia y trastorno de la coordinación.

Hay que descartar:

  • No sepa las reglas ortográficas.

  • Pronuncie mal y por lo tanto lo escriba mal.

  • Tenga algún déficit intelectual.

¿Cómo se trata?

No se trata de que el niño practique mucho la escritura. Hay que proponer actividades divertidas hasta conseguir un estilo de escritura totalmente normal.

RECURSOS que pueden ayudarles:

Fecha de publicación: 9-02-2022
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