A mi bebé le ha salido un bulto rojo en la piel, ¿me preocupo? El hemangioma infantil

El hemangioma infantil es el tumor benigno más frecuente en la infancia. En casi todos los casos se quita solo.

¿Qué es un hemangioma?

Es un tumor benigno que se produce por un aumento del número de células que hay en la capa más interna de los vasos por donde va la sangre.

Lo van a tener hasta 1 de cada 10 bebés. Es más frecuente en niñas, en raza caucásica, en prematuros y en los que tienen un bajo peso al nacer.

Suele aparecer entre la 4ª y 6ª semana de vida. A veces, al nacer, los bebés pueden tener ya una lesión previa de donde saldrá el hemangioma. Puede ser blanquecina, una mancha rosada o pequeñas lesiones lineales rojizas. 

Lo más normal, es que salgan en la piel de la cabeza y cuello, aunque pueden estar en otras zonas de la piel o en órganos internos, como el hígado.

¿Cuándo podemos sospechar que nuestro hijo tiene un hemangioma?

Cuando vemos en la piel del bebé una o varias lesiones abultadas, que lo más normal es que sean de color rojo vivo. A veces, el color puede ser el mismo que la piel normal o un poco azulada, a veces con pequeñas lesiones lineales rojizas en superficie.

¿Qué podemos esperar que pase?

Suelen crecer rápido entre el mes y los 4 meses y medio de vida. Después crecen más lento y tienen su mayor tamaño sobre el 8º mes. A partir del año de edad, se van haciendo más pequeños y claros poco a poco. En casi todos los casos, entre los 5 y 7 años de edad han desaparecido, aunque a veces queda una lesión residual con algo de color o tacto distinto a la piel normal.

¿Pueden complicarse los hemangiomas? ¿Es frecuente?

Lo normal es que no haya ningún problema, pero hay casos que se complican. Puede ser por:

• Problemas en el mismo hemangioma: la más frecuente es la ulceración (herida en el hemangioma) que suele ocurrir en zonas de roce o humedad. Pueden también sangrar, infectarse o producir dolor.  A veces, dan problemas estéticos, sobre todo si son grandes y en zonas visibles.
• Por afectación de órganos importantes:
  • Los que están cerca de los ojos pueden afectar a la visión.
  • Los que están en los labios o boca pueden afectar a la alimentación.
  • Los que están en la barba pueden afectar a la vía respiratoria.
  • Los que son muy grandes pueden afectar la función del corazón.
  • Si hay al menos 5 hemangiomas en la piel, pueden aparecer también en el hígado.
  • Los hemangiomas muy grandes en la cara, cabeza, zona lumbar o en los miembros inferiores, pueden asociar algunos problemas médicos cerebrales, cardíacos, urinarios…

¿Se necesitan pruebas para confirmar que es un hemangioma?

Lo normal es que el pediatra no tenga que pedir pruebas para confirmar el diagnóstico porque el aspecto de la lesión, la edad de aparición y su evolución en el tiempo hacen fácil el diagnóstico.

A veces, el pediatra o el dermatólogo sí pedirá pruebas diagnósticas como ecografía o resonancia para estar seguros y descartar problemas asociados:

• Si tiene dudas sobre lo que es, por ejemplo, por no tener el aspecto típico.
• Cuando sean muy grandes en la cara, cabeza, zona lumbar o en miembros inferiores, porque en estos casos pueden asociar problemas médicos.
• Cuando estén en la zona de la barba porque pueden asociar lesiones en la vía aérea.
• Cuando el niño tenga 5 o más hemangiomas, porque en este caso sería posible que también hubieses hemangiomas en el hígado.

¿Necesitan tratamiento?

Casi ninguno precisa tratamiento, ya que se quitan con el tiempo.

Sin embargo, a veces sí hay que tratarlos. El fármaco de elección es el propranolol oral. Otras veces se usa timolol local, láser o cirugía.

Los hemangiomas que deberían tratarse son:

• Los que afecten alguna función vital como la visión, la alimentación o la respiración.
• Los que son muy grandes porque pueden afectar la función del corazón.
• Los que afectan al hígado.
• Los que se ulceran y producen molestias importantes.
• Los que tienen riesgo de dejar secuelas estéticas o afectan de forma psicológica.

Por tanto, ante la aparición de un posible hemangioma en nuestro hijo, consultaremos con nuestro pediatra. Son tumores benignos, la mayoría de ellos no causan ningún problema y suelen quitarse sin hacer nada.