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Intolerancia a la fructosa

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Fecha de publicación: 22-01-2024

La intolerancia a la fructosa puede dar síntomas digestivos. Saber cómo se maneja puede mejorar la vida de tus hijos. 

¿Qué es?

La fructosa es un azúcar simple que hay de forma natural en frutas, verduras y miel. Su sabor dulce hace que se use como edulcorante y se añada a muchos alimentos procesados.

La intolerancia a la fructosa ocurre cuando el cuerpo no puede absorber bien este azúcar.

¿Qué síntomas provoca?

Algunos de los síntomas comunes son: dolor abdominal, hinchazón, diarrea, gases.

Estos síntomas suelen comenzar entre 30 minutos y 2 horas tras comer alimentos ricos en fructosa.

La gravedad varía según cuánto se tome y la tolerancia concreta de cada persona.

¿Cómo se diagnostica?

La forma más sencilla es la prueba de provocación (igual que en la intolerancia a la lactosa). Se basa en evitar la fructosa en la dieta durante 2-4 semanas y observar si se quitan los síntomas. Luego se reintroduce la fructosa poco a poco. Si los síntomas vuelven, se confirma la intolerancia.

En casos dudosos se puede hacer la prueba de hidrógeno espirado. Este examen mide la cantidad de hidrógeno en el aliento después de tomar una cierta cantidad de fructosa. Niveles altos de hidrógeno pueden indicar que hay intolerancia a la fructosa. Esta prueba tiene algunos problemas porque:

  • Sólo puede hacerse en niños que colaboren.
  • No está bien claro qué dosis de fructosa debería usarse.
  • Hay controversia en la interpretación de los resultados.

¿Cómo se trata?

El manejo de la intolerancia a la fructosa implica, en gran medida, cambiar la dieta.

Se debe limitar el consumo de fructosa para que se quiten los síntomas. La dieta debe adaptarse a cada persona, evitando una restricción excesiva si no es necesario.

Para poder llevar a cabo la dieta, lo principal es saber cuáles son los alimentos que tienen más fructosa y así poder evitarlos.

Consejos en la dieta

  • Si bien las frutas son saludables, limita su ingesta y elige las de menor contenido de fructosa: aguacate, papaya, limón y lima.
  • Las verduras que se toleran mejor son acelga, brócoli, espinacas, apio, coliflor, espárragos, lechuga, escarola y endibias.  Las verduras sientan mejor cuando se cuecen, al perder parte de la fructosa.
  • Evitar las bebidas comerciales de frutas (zumos y refrescos).
  • Leer las etiquetas de los alimentos procesados y prospectos de fármacos para detectar ingredientes con mucha fructosa.
  • Prestar atención sobre todo a alimentos “para diabéticos”, "dietéticos" o "bajos en calorías", que suelen ser ricos en fructosa.
  • Evita tomar muchos alimentos ricos en fructosa en una sola comida. Reparte tu ingesta a lo largo el día para que sea fácil la digestión
  • Un nutricionista puede ayudarte a planificar una dieta equilibrada que evite el exceso de fructosa mientras recibes los nutrientes necesarios.

Para terminar:

La intolerancia a la fructosa puede empeorar la calidad de vida de quienes la padecen, pero con cambios en la dieta es posible disminuir los síntomas y llevar una vida saludable.

Fecha de publicación: 22-01-2024
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