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Pornografía: la profesora de sexualidad de tus hijos

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Fecha de publicación: 13-10-2023

La crianza de los hijos/as supone retos a los que las familias se deben enfrentar. Por un lado, se busca que crezcan felices y con salud, y, por otro lado, queremos que aprendan en la infancia y adolescencia a saber vivir en una sociedad que nos sorprende con giros continuos de guion. 

Hoy día, ¿cómo aprenden nuestros hijos sobre sexo?

Uno de los grandes retos ha sido siempre el sexo y todo lo que gira en torno a él. Si bien se ve más confianza y comunicación entre padres, madres, hijos e hijas, la falta de recursos y el contexto cambiante hacen difícil la tarea. Esto, unido a la falta de educación afectivo sexual en la escuela, hace que haya un vacío de información que sobre todo en la adolescencia necesitan llenar. Por desgracia sabemos que se ve cubierto por la pornografía. Según la encuesta hecha por Save the Children para su informe '(Des)información sexual: pornografía y adolescencia' casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía y, de media, acceden a ella por primera vez a los 12 años. De este estudio preocupa sobre todo que casi un tercio de los y las adolescentes encuestados señalan que la pornografía es su única fuente de información sobre sexualidad.

¿Qué problema tiene la pornografía?

Se trata de una pornografía de libre acceso, sin límites (tanto en contenido como en tipo de prácticas), anónima e interactiva. Lo que se ve ahí no sólo es una ficción, sino que está lleno de relaciones de poder y sumisión, prácticas de riesgo o incluso violentas. Sólo con echar un vistazo a los títulos de este tipo de páginas, nos hacemos a la idea de lo que está a libre acceso de los adolescentes: jovencitas/ viejos, niñeras, casi legal, madre con la que te acostarías…

El peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción. La pornografía es ahora su única fuente de información. Esto hace, por ejemplo, que cuando intentan imitar lo que ven, no siempre piden consentimiento previo a su pareja. Otras veces, se ponen en contacto por internet con una persona que no conocen con fines sexuales o deciden no usar métodos de protección al mantener relaciones.

Pero, ¿se puede hacer algo?

Por suerte, la encuesta también nos lanza un dato positivo que debe empujar a la acción a todos: casi la mitad de los encuestados quiere tener más información. Aprovechemos ese interés y clara necesidad, para contribuir las familias a que nuestros hijos e hijas tengan los recursos para un desarrollo pleno.  En la escuela de madres y padres de Save the Children tenemos dos guías para apoyarnos en esta tarea, una guía de educación sexual integral para familias: Respuestas fáciles a preguntas difíciles, y otra específica: Tenemos que hablar de porno. Y es que, aunque no se lo estamos enseñando, lo están aprendiendo y mal.

A veces pensamos que lo que hablamos o no con nuestros hijos e hijas sobre sexo sólo afecta a una pequeña parte de su vida. Sin embargo, tenemos que pensar que también afecta a sus relaciones afectivas con quienes les rodean, su capacidad para detectar comportamientos dañinos o incluso a su propia autoestima. Se trata de un contenido que transmitimos día a día, con hechos y palabras, y que contribuirá al desarrollo de su personalidad. Puede marcar la diferencia entre que un niño se dé cuenta de que está siendo abusado o no, de que una adolescente se niegue o acepte un comportamiento violento de su pareja, y, sobre todo, de si tendrán la confianza de buscar ayuda en casa.

Fecha de publicación: 13-10-2023
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