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¿Qué son las resistencias a los antibióticos? ¿Por qué son tan importantes?

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Fecha de publicación: 5-11-2014

La resistencia antibiótica es la capacidad de un germen para resistir los efectos de un antibiótico.

Las infecciones pueden producirse por varias clases de gérmenes: virus, bacterias y parásitos. Los antibióticos, también llamados antimicrobianos, son los medicamentos que combaten las infecciones causadas por las bacterias. Hace poco se ha descrito la primera resistencia de un parásito, pero son las bacterias las expertas en producir esta clase de fenómeno.

¿Son malas todas las bacterias?

En nuestro cuerpo viven una gran cantidad de bacterias. (¡Más de un kilo de nuestro cuerpo son bacterias!). De ellas, unas son beneficiosas y pueden realizar un papel importante en la protección frente a enfermedades infecciosas, madurando las defensas. Las bacterias que hay en la leche materna pueden influir en el desarrollo de la memoria, la atención y el lenguaje del niño.

Otro grupo son las bacterias comensales que crecen sobre animales y plantas, de la misma forma que crecerían sobre cualquier otra superficie, sin hacer ni bien ni mal. Así, por ejemplo, grandes poblaciones de estos organismos son las causantes del mal olor corporal.

Sólo el 1% de las bacterias produce enfermedades.

¿Cómo se producen las resistencias?

En las bacterias pueden aparecer, de forma casual, ciertos cambios en sus genes (mutaciones), que disminuyen o eliminan la eficacia de los antibióticos. El problema es, que una vez que se han producido, transmiten esta capacidad a sus descendientes.

También les pueden traspasar esta información a las bacterias que están cercanas.

Por suerte, también hay resistencias transitorias, es decir que desaparecen con el tiempo.

¿Por qué las bacterias se están volviendo resistentes a los antibióticos?

El antibiótico elimina todas las bacterias sensibles a él, tanto las buenas como las malas, pero pueden quedar vivas las que son resistentes y así podrán crecer y multiplicarse.

En el caso de que una persona fuera tratada con antibióticos (para infecciones frecuentes como las de las vías urinarias o las respiratorias), el riesgo de que sus bacterias desarrollen resistencia a antibióticos de uso frecuente es elevado en los 2 meses posteriores a la toma de antibiótico y parece mantenerse elevado incluso un año después.

¿Qué podemos hacer los padres?

Es importante conocer la existencia de las resistencias. Así entenderemos mejor a nuestro pediatra cuando no nos recete antibióticos.

No somos las personas las que nos hacemos resistentes a los antibióticos, sino las bacterias. (No es cierta la idea de que “a mi hijo no le hace nada la penicilina”, por ejemplo. Lo más probable es que estemos ante una infección que causa un virus y por ello no responde a los antibióticos).

Leer: Decálogo del buen uso de los antibióticos

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Fecha de publicación: 5-11-2014
Última fecha de actualización: 02-10-2018
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