“Tenía fiebre pero no le he dado nada hasta que usted lo vea”

Y la realidad es que….

No es cierto.

Veréis, … hay una situación curiosa. Lo normal es que casi todos los padres sufran de “fiebrefobia”. Y a la mínima febrícula que el niño o niña tienen les falta tiempo para darles una dosis de paracetamol o ibuprofeno.

En cambio, algunos, cuando tienen que ir al pediatra, traen muchas veces al niño con un fiebrón y las molestias consiguientes, para que los podamos “explorar bien”.

La fiebre es un mecanismo de defensa, nos lo habéis oído decir multitud de veces. En el fondo, nuestro cuerpo con la fiebre está intentando “matar el bicho a palos”.

Por eso nos oiréis decir que no es necesario sobremedicar a los niños y darles antitérmicos enseguida que tienen décimas.

Pero eso no quiere decir que cuando el niño esté molesto por esa fiebre u otro motivo (dolor de oídos, por ejemplo), le hagamos esperar a que el pediatra lo explore para darle el analgésico. ¡Si es por el malestar por lo que les bajamos la fiebre!

Recordad: tratamos el malestar, NO LA FIEBRE. Les damos paracetamol para que el niño se encuentre mejor. Y no hace falta que el niño sufra este malestar más tiempo del necesario. Pobrecito...

Os aseguramos que dárselo antes de venir a la consulta no va a impedir que se vea la causa de la fiebre o va a hacer que no le demos importancia a lo que el niño tiene.

Si el niño se encuentra bien a pesar de la fiebre, ¡Sin problemas! ¡Cómo en casa! Se lo dais solo cuando tenga molestias y lo necesite. Pero si está mal y le duele todo, dádselo sin pensar. No nos va a parecer mal, al revés.

Preguntaremos a los papás y mamás cuánta fiebre tuvo en casa para hacernos una idea, lo exploraremos y ya está.

Nunca vamos a preferir explorar a un niño con fiebre. Los niños con fiebre no quieren que nadie les toque porque están molestos, así que serán más difíciles de explorar.

Y recordad, el estado general del niño es más fiable que la fiebre que tiene, para preocuparse por él. No hace falta salir corriendo cuando el niño tiene fiebre pero se encuentra bien y contento. Tampoco es necesario tenerlo en una sala de espera de una consulta médica, encontrándose mal por tener fiebre y no haberle dado nada para aliviarle.

¡Es lo mejor para todos!