El electrocardiograma en los niños

¿Alguna vez le han puesto pegatinas por el pecho a su hijo diciendo que le iban a hacer una prueba del corazón? ¿Ha oído hablar del electrocardiograma (ECG o EKG) y le sonaba a “cosa de adultos”? Para todas estas dudas y más, vamos a intentar explicar qué es esta prueba y cómo nos ayuda con los niños.

¿Qué es?

Un ECG es una prueba que nos ayuda a saber cómo funciona la electricidad del corazón. Nos muestra la frecuencia a la que va el corazón y cómo es cada latido cardiaco. También nos ayuda a hacernos una idea del tamaño y posición de las cavidades cardiacas. Esto puede ayudar a los médicos a detectar cualquier problema. Se representa en una gráfica con un papel especial para ello. 

¿Cómo funciona?

Se pide al paciente que se acueste. Se pegan sobre la piel del niño unas almohadillas de metal adhesivas, que se llaman electrodos. Se colocan de una forma concreta, en hombros, pecho, muñecas y tobillos, para poder tener una visión global del corazón. Miden la actividad eléctrica con unos cables que van hasta un aparato, que se llama electrocardiógrafo. La máquina muestra la información en una gráfica que se imprime en el papel especial listo para poder ser leído por los médicos.

¿Esta prueba duele?

Es una prueba que no le va a doler a su hijo. El niño tiene que estar lo más tranquilo y quieto posible para que sea un buen registro, pero no da ninguna molestia. No recibe electricidad desde el aparato. No va a notar calor ni dolor por medio de las pegatinas.

¿Hay que prepararse antes de la prueba?

No. No hay que hacer nada. No tiene que estar en ayunas o cambiar hábitos. Mientras se hace la prueba hay que evitar tener cerca cosas de metal, porque pueden alterar el resultado.

¿Cuándo se hace esta prueba?

Es una prueba fácil y rápida que, además, no duele y es de bajo coste. Se usa como prueba de primer nivel para orientarnos en muchas patologías que se relacionan con la actividad eléctrica del corazón, como las arritmias. Se hace cuando creemos que el corazón puede ir más rápido o más lento de lo normal. También sirve en estudio de síncopes o desmayos y como parte del control de la evolución de problemas del corazón ya conocidos en el niño o niña.