Que el lugar de nacimiento ya no signifique nada. Que nacer niña tampoco

Fecha de publicación: 22-10-2019

Nací en 1985.

Tenía más probabilidades de nacer en África que en Europa, pero nací en Europa. Todavía estoy buscando por qué.

Tenía más probabilidades de nacer en Etiopía que en España, pero nací en España. Todavía estoy buscando por qué.

Eso marcó la diferencia. Todavía estoy buscando por qué.

Nací en Barcelona un 29 de marzo de 1985. Ese mismo día, en Etiopía nacía una niña, pero en medio de una gran hambruna en la región.

Nacía entre paredes de adobe. Sin asistencia sanitaria. La madre podía haber muerto en el parto, probablemente así fue. La niña probablemente moriría a los pocos días, si no lo hizo antes de llenar sus pulmones de aire por vez primera.

Nací en Barcelona, en un hospital y en una excelente familia. He tenido infancia, una alimentación equilibrada, amor en la familia, amigos y amigas, he ido a la escuela incluso a la universidad. Y sigo vivo.

Mientras yo jugaba sin preocupaciones, otras niñas “jugaban” a sobrevivir buscando comida desesperadamente para no morir.

Mientras yo escupía la comida, otras niñas no tenían nada que llevarse a la boca.

No hice nada para merecer nacer donde nací, por tener una gran infancia, por vivir... Todavía estoy buscando por qué.

Nací dónde nací. Es una gran responsabilidad. Ahora toca asumir la responsabilidad. Ahora toca igualar.

Todas las niñas y niños merecen las mismas oportunidades independientemente del lugar donde nazcan, de nacer niña o niño, y de la religión que profesen.

El cambio ha empezado al leer estas líneas, gracias por empezar a ser parte.