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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

Autoridad responsable

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Fecha de publicación: 24-07-2017

Los niños necesitan normas y límites para crecer felices y sanos. Deben saber diferenciar lo que está bien de lo que está mal para que maduren responsablemente y sean capaces, más tarde, de tomar sus propias decisiones. Es necesario que aprendan a manejar la frustración. Esta es una habilidad que les será muy útil a lo largo de la vida.

Cuando el niño sabe exactamente lo que se espera de él, conoce los límites y normas que debe cumplir y se le exige, con cariño, el niño SE SIENTE SEGURO. Tiene referencias y, por tanto, estamos ejerciendo bien la autoridad.

La autoridad moral se gana día a día con la forma de comportarse y de hablar, con el criterio, el respeto y la coherencia con los valores y principios (Lée Decálogo para una Infancia feliz).

Cuando el respeto en el niño ha desaparecido es porque no se ha desarrollado una adecuada interiorización de la norma y sus valores. Suele darse cuando los padres no ejercen la autoridad. Eso provoca desconcierto en los hijos y sufrimiento por desconocimiento del camino a seguir.

Tipos de estilos educativos

Hoy día hemos pasado de un autoritarismo severo a una permisividad inadmisible. Se ha pasado del “porque yo lo digo y punto” al “haz lo que te dé la gana”. Es necesario recuperar ese punto medio de equilibrio entre ambos extremos.

Hay distintas formas de educar:

1.- Estilo educativo autoritario

  • Los padres son exigentes y poco afectivos.

  • Dan importancia a la obediencia a la autoridad.

  • No favorecen la comunicación con sus hijos.

  • Suelen utilizar el castigo físico si el niño desobedece.

2.- Estilo educativo responsable

  • Los padres son exigentes y afectivamente cálidos.

  • La obediencia solo es importante como exigencia de una buena convivencia familiar.

  • Tratan de ejercer un control sobre sus hijos razonable y educativo. Les explican la necesidad de la disciplina; tienen en cuenta el punto de vista del niño, incluso cuando no estén de acuerdo.

  • No suelen utilizar el castigo físico.

3.- Estilo educativo permisivo

  • Los padres son poco exigentes y afectivamente cálidos.

  • Dejan que sus hijos hagan prácticamente lo que quieran.

  • Ejercen un control más laxo sobre sus hijos porque creen que los hijos deben aprender por sí mismos. o porque no se toman el trabajo de ejercer una disciplina.

Comportamiento en los niños según el estilo de educación

1.- Niños de padres autoritarios

  • Suelen tener falta de competencia social.

  • Buscan la autoridad del adulto para solucionar los conflictos.

  • Muestran falta de espontaneidad y curiosidad.

2.- Niños de padres responsables

  • Tienen más confianza en sí mismos.

  • Tienen mejor comprensión y aceptación de las normas sociales, ya que sus padres son exigentes con ellos y utilizan disciplina razonada.

3.- Niños de padres permisivos

  • Tienden a mostrar rasgos de inmadurez.

  • Tienen dificultades para controlar los impulsos, aceptar la responsabilidad de sus actos y actuar con independencia.

Cómo ejercer la autoridad

La clave está en combinar exigencia con cariño. 

Ser coherentes para que los niños puedan conocer las consecuencias de cumplir o no las normas del hogar. Las reacciones del padre/madre han de estar siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos.

Ejercer la autoridad es enseñar valores positivos. Es enseñar a madurar a nuestros hijos en la responsabilidad. En educación lo que deja huella en el niño no es lo que se hace alguna vez, sino lo que se hace continuamente.

Cómo conseguir una autoridad positiva

  • Educar teniendo claros los objetivos. Estos han de ser pocos y compartidos por la pareja. Las reacciones del padre/madre han de estar siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos.

  • Enseñar con claridad cosas concretas. Al niño no le vale decir “sé bueno”, “pórtate bien” o “come bien”. Estas instrucciones generales no le dicen nada. Lo que sí le vale es darle con cariño instrucciones concretas de cómo se coge el tenedor y el cuchillo, por ejemplo.

  • Valorar sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, en lugar de hacer hincapié en lo que hace mal.

  • Dar ejemplo. No podemos esperar de nuestros hijos comportamientos que nosotros no tengamos.

  • Confiar en nuestro hijo. La autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres. Es muy difícil que esto ocurra si el padre no da ejemplo de confianza en el hijo.

  • Reconocer los errores propios. Nadie es perfecto, los padres tampoco. El reconocimiento de un error por parte de los padres, da seguridad y tranquilidad al niño. Le anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar, ya que los errores no son fracasos. Son equivocaciones que nos dicen lo que debemos evitar.

¿Debemos pedir perdón a nuestros hijos?

Cuando nos enfadamos con los niños hay que hablarles de manera serena. Sin gritos, ni insultos, ni amenazas sobre lo que ha sucedido; tratar de explicarles las razones por las que nos hemos enfadado y pedirles perdón si hemos perdido los nervios. Esto es muy importante porque se dan cuenta de que hemos sido capaces de entender sus sentimientos y nos importan. Además, hace que el niño en situaciones similares actúe de igual forma, porque ha recibido el mensaje de que es bueno disculparse y no disminuye su valor por ello.

La forma de explicar nuestros sentimientos, sin transmitirles culpabilidad por ello, se ve reforzada si pedimos perdón por los errores que hayamos cometido.

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Fecha de publicación: 24-07-2017
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