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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

¿Por qué los pediatras hacemos a veces tantas preguntas?

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Fecha de publicación: 30-11-2020

El pediatra muchas veces tras saludarte empieza una retahíla de preguntas. Esto es lo que se llama anamnesis y forma parte de la historia clínica de salud que le hacemos a tu hijo. El pediatra sabe elegir muy bien qué preguntas tiene que hacer a la familia. Con las preguntas no se quiere aburrir a la familia ni al niño y mucho menos desesperar al resto de la sala de espera.

El pediatra hace de detective. Como si fuera una película. Interroga a todos los personajes y va cogiendo pistas hasta llegar a la solución del misterio. A veces el detective-pediatra es muy joven y sus preguntas son muy minuciosas y con muchos detalles que parece que no tienen que ver con el caso. Este residente de Pediatría puede hacer más preguntas de lo habitual pero que en muchas ocasiones ayudan a desentrañar un misterio difícil de resolver. Otras veces se necesita al pediatra veterano para que no se hagan caso a las pistas falsas y no se líe un embrollo.

En cualquier caso los pediatras con nuestras preguntas vamos anotando “pistas” en nuestra anamnesis que son importantes o muy importantes para llegar al diagnostico clínico, o siguiendo con nuestro símil, a desentrañar el misterio. La pista del detective puede ser una colilla en el suelo. La pista del pediatra puede ser haber pasado la varicela o saber si la familia tiene alguna enfermedad importante. Nos gusta preguntar si los síntomas son más frecuentes por la mañana, por la tarde o por la noche. El aspecto de los mocos, de la caca, si vomita, si la fiebre es muy alta, o si tiene tos cuando corre… Siempre me río cuando mis hijas me oyen hablar por teléfono y hago preguntas sobre el vómito o la caca. ¡Me ponen unas caras de asco!

Muchas veces en la consulta atendemos a niños que pueden tener enfermedades más importantes que un simple resfriado. La enfermedad puede empezar con síntomas muy leves y hay que preguntar con detalle lo que puede estar pasando. Toda la historia de lo que le pasa al niño tiene mucho valor y no supera a las pruebas que luego se le pueden pedir, como un análisis de sangre, una radiografía o una ecografía.

Tenemos más información si la persona que acompaña al niño es su madre o su padre o una persona que haya pasado mucho tiempo con el niño. La clave del diagnóstico o el tratamiento pueden estar en los pequeños detalles. Esas “pistas” las saben muy bien quien ha pasado un tiempo cuidando del niño.

También es crucial oír lo que el niño nos dice. Ya sea por lo que explica o por su aspecto general: si está triste, decaído, se queja o está contento… Los pediatras siempre escuchamos a “nuestros niños”.

Espero que hayáis entendido lo importante que es para el pediatra hacer una buena anamnesis. Es esencial para estudiar la enfermedad. Luego la ciencia ayuda a interpretar la información obtenida. ¡Cómo los detectives!

Fecha de publicación: 30-11-2020
Autor/es:
  • Mª Ángeles Bernabé Moyano. Pediatra. Centro de Salud de Camas. GT de Lactancia Materna de la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía. Sevilla