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al cuidado de la infancia y la adolescencia

Triste primer aniversario de la guerra en Ucrania

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Fecha de publicación: 28-03-2023

Hoy hace un año que comenzó la guerra en Ucrania, una catástrofe que ha alterado nuestras vidas de muchas formas desde entonces. Y es probable que su evolución afecte nuestro futuro.

Hace un año pudimos vivir el gran éxodo de refugiados en las fronteras con Rumanía y Polonia: el desgarro de las familias separadas, la angustia de mujeres y niños que huían de la guerra y las grandes dudas sobre el futuro de sus vidas, atadas al devenir del conflicto de forma injusta.

En Ucrania, más de 1200 niños y niñas han sido heridos o asesinados desde que comenzó la guerra. Todos viven a diario ataques aéreos sin previo aviso ni control, que tienen lugar a cualquier hora del día y por todo el país, y no sólo en el frente de guerra. Se protegen de ellos en refugios construidos bajo tierra de sus viviendas, escuelas o edificios municipales. Son lugares con temperaturas bajo cero y mucha humedad, en los que los niños han tenido que pasar de media un total de 38 días desde el inicio de la guerra.

La destrucción de viviendas, escuelas y centros sanitarios es difícil de describir con palabras… Más de 3.000 escuelas han sido bombardeadas y cientos de ellas reducidas a escombro. Puedo pensar que las guerras son así, pero me cuesta mucho entender el bombardeo de 3000 escuelas, donde sólo hay niños, niñas y profesores… A pesar de que la pandemia había preparado al país para seguir la educación de manera digital, los ataques han destruido la mitad de las centrales de energía del país y los cortes de luz continuos hacen muy difícil cualquier conexión.

Escuela de Kharkiv, una de las 48 que han sido destruidas desde el comienzo del curso escolar en septiembre, una cada 2 días.

Más allá de la destrucción física, la salud mental de los niños y niñas en Ucrania sufre el impacto de meses de bombardeos, la pérdida de familiares y amigos, la destrucción de sus casas y escuelas, del desalojo de más de 15 millones de personas de donde vivían, y de la pérdida de los medios de vida en las familias, ya que el 30% de los puestos de trabajo se han perdido por la guerra. Lloran, no pueden dormir y sufren. La ayuda para que jueguen y vuelvan a ser niños y niñas es crucial.

Save the Children trabajaba ya en Ucrania desde el inicio del conflicto en el Donbás en 2014, pero ahora es mucho mayor su ayuda dada la dimensión de la catástrofe humanitaria. Son 300 los profesionales que se dejan la vida allí para que los niños no sufran esta guerra injusta. Tenemos alianzas con 33 organizaciones locales y con las autoridades europeas y ucranianas para poder dar una ayuda humanitaria inmediata y sostenida a más de 800.000 personas.

La prioridad son las zonas más cercanas a la línea de fuego y donde hay más desplazados forzosos. Los ámbitos de trabajo más importantes para la infancia en los que actuamos son:

  • Refugio, ropa, mantas y alimentos de emergencia para las familias.
  • Provisión de agua potable, saneamientos adecuados (cepillo dientes y pasta, jabón, toallas), y reparación de los medios destruidos para dar agua.
  • Educación en contexto de guerra: medios para educación de forma temporal (tiendas, barracones), acercar y usar medios digitales, dispositivos y materiales.
  • Dinero en efectivo para las familias que lo han perdido todo. Lo principal y más útil para que puedan pagar un piso o habitación si están desplazados, y comprar alimentos, medicinas o material escolar.
  • Apoyo con asistentes sociales y psicólogos a la salud mental para niños, niñas y para sus familias.
  • Protección de la infancia en espacios seguros para evitar pérdidas, secuestros u otro tipo de acciones.
  • Vigilancia e informe de datos de abusos graves contra la infancia.
  • Damos datos sobre asistencia sanitaria, cuidado infantil, educación, apoyo jurídico y vivienda.

La calidad y magnitud de lo que hacemos es notable, y no se debe sólo a nuestro esfuerzo, sino también a la fuerza de la gente de a pie ucraniana con la que trabajamos.

Ha sido increíble lo pronto que hemos podido desplegar ayuda a gran escala.

Queremos dedicar un recuerdo a los trabajadores de las ONGs. Algunos tienen a sus padres, hermanos o maridos en el frente de guerra. Muchos salieron del país como refugiados y han vuelto. Otros tienen a sus padres, pareja e hijos viviendo como refugiados en otros países. Otros esperan ser llamados por el ejército si hay un ataque a gran escala. Todos están dando una respuesta humanitaria a la guerra a la vez que intentan sobrevivir a ella desde el ámbito personal.

Valorad mucho la paz, nos decía nuestro compañero Anatoli, porque es mucho más frágil de lo que pensáis.

Por desgracia, la paz parece aún muy lejana, y la infancia está pagando el precio más alto. Seguiremos a su lado, ahora y todo el tiempo que sea necesario. Cueste lo que cueste.

Fecha de publicación: 28-03-2023
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