¡Colegios mas sanos con las infecciones a raya!!

El colegio es el lugar donde nuestros hijos aprenden, se relacionan con otros niños y avanzan en su integración social. Los centros educativos son espacios donde la agrupación de personas y el contacto son la norma, por lo que la posibilidad de contagio de enfermedades infecciosas, es posible y frecuente.

Las enfermedades infecciosas son debidas a distintos tipos de gérmenes.  Sus consecuencias en el ser humano pueden ser leves, moderadas o graves. Desde siempre el hombre ha intentado luchar contra ellas, evitarlas.  Las medidas con mayor impacto frente a las enfermedades infecciosas  han sido la potabilización de las aguas, el uso de antibióticos y las vacunas.  No obstante decir que con ellas no lo podemos todo.  Los virus no podemos tratarlos con antibióticos, no son eficaces. Por otra parte no tenemos vacunas para todas las enfermedades infecciosas. Pero sí hay cosas que todos y cada uno de nosotros, como individuos y colectivos, podemos hacer para prevenirlas. La pandemia por SARS-CoV-2 que ha asolado el mundo nos lo ha demostrado de nuevo.

En la etapa inicial de la pandemia por este nuevo coronavirus una de las primeras medidas fue cerrar los centros educativos.  Es sabido que los niños se infectan más que otras edades de la vida y se pensó que su papel como fuente de contagio y transmisión podría ser fundamental. El cese de la actividad escolar tuvo consecuencias en el aprendizaje y en la esfera socioemocional de los niños, sobre todo en aquellos más vulnerables. Tras la primera ola epidémica se comprobó que los niños no representaban un riesgo mayor, y de ahí que se reiniciara la actividad escolar, eso sí, estableciendo una serie de medidas y actuaciones que aportaran la mayor seguridad en los centros educativos.

¿Cuáles deberían ser las medidas a realizar en los centros educativos?

5 medidas clave:

1. Distancia interpersonal.

2. El fomento de las medidas de higiene personal y respiratoria.

3. La limpieza y desinfección diaria de instalaciones y entorno.

4. Planes para el aislamiento ante casos de infección o sospechosos.

5. Información y formación a la plantilla del centro, familias y alumnos.

Estas medidas no solo garantizan la protección de la salud física de los alumnos, sino también su salud psíquica y social.

¿Cómo llevarlas a cabo?

Medidas para prevenir la infección:

● El distanciamiento físico es la medida de protección más importante frente a aquellas infecciones que se transmiten por vía respiratoria. Se ha considerado una distancia segura 1,5 metros. 

● Evitar aglomeraciones, sobre todo en entornos cerrados. Respetar la ratio establecida según cursos y edad. Promover actividades al aire libre cuando sea posible.

● El lavado frecuente de manos. Esta medida junto con el distanciamiento son las medidas de prevención más importantes para reducir la transmisión. Lavado con agua y jabón, por parte de todos: alumnos, profesores y personal del centro. Disponer de lo necesario en los baños escolares.

● Dispensadores de solución hidroalcohólica distribuidos por el colegio. ¡Cuidado con los más pequeños!

● Limpieza diaria y ventilación frecuente de los espacios, de acuerdo a las circunstancias de cada centro.

Los centros escolares deberán contar con un protocolo de actuación para la atención de niños o personas que enfermen durante el horario escolar: sala para valoración del caso, material mínimo necesario, enfermera escolar o referente de temas sanitarios, que será quien contacte con la familia para informarla y en caso que fuera necesario retirar al niño del colegio.

Ante situaciones excepcionales o emergencias sanitarias se establecerán además aquellas medidas que dictaminen las autoridades sanitarias y educativas. Siempre con el objetivo de abordar el problema de salud y mantener un entorno escolar seguro y que continué funcionando. 

El uso de mascarilla para los mayores de 6 años ha sido generalizado desde el comienzo de la pandemia en el año 2020. Es posible que este nuevo coronavirus  se integre en nuestras vidas y circule entre nosotros junto con otros virus ya conocidos: rinovirus, virus de la gripe. En este escenario se podría abandonar esta medida. No obstante queremos insistir en la incertidumbre que aún tenemos con la evolución de la pandemia y en que debemos integrar las lecciones aprendidas. Debemos ser prudentes y no bajar la guardia en la prevención de infecciones.

¿Qué papel tienen las familias?

Las familias también deben colaborar y velar asimismo por conseguir el entorno más saludable en los centros educativos. Debemos educar en las medidas de prevención e higiene. Explicar y compartir con nuestros hijos, contando de forma sencilla, justificada y sin alarmismos. Predicar con el ejemplo. Los niños lo entenderán y nos seguirán.

 ● Enseñar lavado de manos y cuándo deben hacerla: con frecuencia y sobre todo antes y después de comer, después de utilizar el baño, y siempre tras volver de actividades tanto en sitios cerrados como al aire libre.

● Enseñarle a que no debe tocar las cosas sin necesidad y el porqué.

● Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos (puerta de entrada de los gérmenes).

● Cuando tengan un catarro o proceso respiratorio deben toser en pañuelos o en el codo, no tocar cosas y respetar la distancia.

● No compartir la misma botella y/o alimento.

● Medidas de higiene personal, ropa y calzado.

● Realizar limpieza del hogar, superficies habituales de contacto, y adecuada ventilación de las estancias.

● No delegar en abuelos y otros colectivos vulnerables tareas que les puedan suponer un riesgo de contagio. Hay que pensar en su salud.

¿Y si mi niño se pone malo?

Ningún niño ni adulto que esté enfermo o con síntomas de una enfermedad que pueda contagiarse, debería asistir al centro educativo ni a las actividades de ocio o extraescolares, por su bien y el de los demás. Deberán permanecer en casa, cuidarse y descansar hasta su recuperación. Se contactará con el sistema sanitario para valoración de su caso si la importancia de los síntomas así lo requiriera o para solicitar información. 

Los centros escolares deben implicarse también en aspectos de la salud como  promoción de hábitos saludables y prevención de la infección, con información y formación a todos los miembros de la comunidad educativa: alumnos, profesores y familias. 

Consideramos imprescindible que exista una comunicación fluida y eficiente entre el ámbito educativo, salud pública y los profesionales sanitarios para poder tratar y asesorar a nuestros niños y sus familias.

Todos tenemos la responsabilidad de limitar el avance de las infecciones y mantenerlas ¡A raya!