Tiene llagas en la boca, ¿será malo?¿tengo que preocuparme?

¿Qué es la estomatitis aftosa o las aftas?

La estomatitis aftosa o las aftas son llagas o úlceras dolorosas dentro de la boca. Si las llagas, sean una o muchas, están solo en la boca, salen de forma repetida y no se deben a una enfermedad general, se llaman estomatitis aftosa recurrente. Pueden darse de 3 a 6 episodios al año. Suelen iniciase entre los 10-19 años. Es muy común, afecta al 20% o más de la población.

¿Por qué se produce?

No se sabe la causa. Se piensa que la genética y los factores inmunológicos son decisivos. Algunos alimentos, el estrés, ciclo menstrual, traumatismo sobre la mucosa de la boca (ortodoncia, mordeduras accidentales), falta de vitaminas o minerales y ciertos fármacos pueden ser desencadenantes.

A veces ciertos alimentos pueden precipitar que salgan las aftas, pero no está claro que la causa sea una alergia alimentaria.

¿Qué síntomas presenta?

Unas 12-24 horas antes de que salgan las llagas, el niño se puede quejar de dolor o ardor. Las llagas son úlceras de unos 3 a 5 mm, en número de 1 a 5, de forma redonda u oval con borde rojo y supuración en el centro amarillenta o gris. Salen en el interior de mejillas y labios, suelo de la boca, bordes de la lengua y paladar blando. No hay fiebre.

Según su tamaño, profundidad y duración, las aftas pueden ser: menores (<1 cm de diámetro) que es la forma más frecuente, mayores (>1 cm) y herpetiformes (muchas aftas pequeñas que se unen para formar aftas más grandes).

Casi todos los niños con aftas recurrentes tienen llagas menores. Los otros tipos suelen darse en adultos.

¿Cómo se diagnostica?

Con los síntomas y la exploración física es suficiente. En los casos con más afectación o con síntomas generales, el médico puede pedir un análisis.

Hay enfermedades en las que a veces salen aftas. En estos casos, el pediatra puede pedir otras pruebas. Algunas de estas estas enfermedades son:

• Síndrome PFAPA: fiebre periódica con aftas, faringitis y adenopatía. Aparece en niños de menos de 5 años.

• Infecciones víricas: gingivoestomatitis herpética (fiebre con aftas en encías, dentro y alrededor de la boca en niños menores de 5 años), enfermedad mano-pie-boca (pequeñas ampollas en boca, manos y pies con fiebre no muy alta; suelen ser niños de menos de 5 años, aunque puede verse también en mayores).

• Enfermedades reumáticas: Síndrome de Behçet, lupus eritematoso sistémico.

• Celiaquía.

• Enfermedad inflamatoria intestinal.

• Inmunodeficiencias.

¿Cómo se previene y se trata?

Se pueden evitar algunas causas si se conocen, como hábitos que dañen la mucosa de la boca (morderse) o alimentos que parecen provocarlas.

No tiene tratamiento, pero hay formas de calmar las molestias:

• Higiene oral adecuada con gasa, cepillo suave o enjuagues con suero fisiológico o clorhexidina o agua con o sal y/o bicarbonato. Es mejor usar pasta de dientes sin lauril sulfato sódico, ya que puede causar más aftas.

• Dieta blanda, evitando alimentos ácidos, salados, picantes o calientes que pueden dar quemazón.

• Dar líquidos con frecuencia.

• Analgésicos: ibuprofeno o paracetamol para el dolor, pautados si es intenso.

• Tratamientos que lleven ácido hialurónico al 0,2% en gel, colutorio o spray. Se pone en la mucosa de la boca 3-4 veces al día, después de las comidas y es para todas las edades. Regenera la mucosa y calma el dolor, es eficaz y seguro. Otros protectores de la mucosa: carbenoxolona gel, pero solo en niños de más de 12 años.

• Si el dolor es intenso, el pediatra puede recetar una fórmula con anestésico para aplicar sobre la úlcera antes de comer o un corticoide local.

Los antibióticos no curan las aftas.

¿Es contagiosa?

La estomatitis aftosa recurrente no es contagiosa y el niño puede ir a la escuela.

Si tiene fiebre, la causa puede ser una infección y ser contagiosa.

¿Cuándo debo consultar con el pediatra?

Si el niño ha tenido antes aftas solas, puede usar el mismo tratamiento prescrito otras veces.

Cuando tenga fiebre, rechazo a comer, brotes repetidos o más síntomas, debe consultar con el pediatra.

¿Cuándo tengo que preocuparme?

Casi siempre es un proceso benigno que se cura sin dejar cicatriz.

Cuando el niño tenga más síntomas, el pediatra estudiará si hay una enfermedad de base.

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