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al cuidado de la infancia y la adolescencia

¿Cómo se trata la fimosis?

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Fecha de publicación: 21-08-2016

¿Qué es la fimosis?

El prepucio es la piel móvil que cubre el glande del pene. Se habla de fimosis cuando el orificio del prepucio es tan estrecho que no deja mostrar el glande cuando deslizamos hacia atrás dicha piel. La fimosis puede hacer que la orina se quede retenida en el prepucio al orinar (balonamiento del prepucio). También, en adolescentes produce dolor al tener una erección o en el coito, aunque con el pene en reposo baje bien el prepucio.

La mayor parte de los niños nacen con fimosis. Suele corregirse de forma espontánea sin tratamiento durante los tres a cuatro primeros años de vida.

Conforme el niño crece la fimosis va desapareciendo poco a poco espontáneamente. A ello contribuye el propio crecimiento del pene, las erecciones espontáneas, así como una secreción blanca que se forma entre el glande y la piel (“esmegma”). Todo esto ayuda a la dilatación del prepucio.

Así, mientras que al nacer en menos del 5% de los niños se puede retraer el prepucio, a los dos años se conseguiría una adecuada retracción en un 50% y hasta un 90% a los 3 años. Este porcentaje irá subiendo, ya de forma menos significativa, a medida que el niño tenga más edad. Así, sólo quedan un 1% de fimosis a los 17 años.

Hay que tener en cuenta que no se considera fimosis a la estrechez leve, el prepucio largo o a las adherencias balano-prepuciales.

Las adherencias balano-prepuciales son la existencia de un tejido fibroso entre el prepucio y el glande y que puede dificultar la salida de éste. Son una situación normal hasta la pubertad (hasta un 3% de chicos de 15 años las tienen). No dan complicaciones y no hace falta tratarlas. Las adherencias suelen ir mejorando durante los 3-4 primeros años de vida por las erecciones. No se recomienda la retracción forzada porque es dolorosa y puede dejar retracciones por las cicatrices.

¿Qué hacer si mi hijo tiene fimosis?

Ante ese proceso natural hay que cuidar la higiene local. Tradicionalmente se ha venido recomendando la retracción traumática del prepucio (el conocido tirón) que además de resultar extremadamente doloroso contribuye muchas veces a generar cicatrices que empeoran la situación. Esta práctica debe ser ya desterrada definitivamente. A partir de los 3-4 años su pediatra le puede indicar administrar una crema de corticoide de potencia media en la punta del pene. Se puede acompañar de una suave retracción del prepucio, sin forzar en ningún caso y volviéndolo a poner en su posición inicial después. Normalmente a partir de los 4 años, los niños pueden retraerse el prepucio ellos solos. Es la mejor opción, ya que no se harán daño al hacerlo. Es importante hacerles saber que el prepucio debe dejarse siempre “arriba”, no retraído. 

No obstante, hay casos en los que el proceso no avanza y se siguen dando dificultades para la retracción completa del prepucio (mostrar el glande). Hay otros casos en que sufren problemas secundarios, con sintomatología; como balanitis de repetición, infección de orina, parafimosis o dolor en erecciones/coito (adolescentes). En esas situaciones está recomendado operar.

¿Cómo poner el corticoide?

Se extiende una fina capa de crema sobre la porción distal y estrecha de la piel del prepucio y la parte del glande que vaya quedando al descubierto. Una o dos veces al día (según el corticoide utilizado), sobre todo por la noche antes de irse a dormir.

De forma progresiva y tras su aplicación, los padres o el niño harán suaves retracciones prepuciales. No deben ser dolorosas, ni intentar descubrir completamente el glande en un principio. Hay que ir intentándolo poco a poco a medida que vayan teniendo menos resistencia. Tras la retracción se debe colocar la piel en su posición natural. Así evitamos una posible parafimosis (atrapamiento del glande por el anillo prepucial).              

El tratamiento debe durar el tiempo necesario para que el prepucio se retraiga en su totalidad y con facilidad y se consiga durante unos días. Normalmente dura entre 4-8 semanas. Si tras este tiempo el tratamiento no diera resultado, se consideraría fallido. Se debería abandonar por el momento, pero que se podría repetir más adelante. A veces, su pediatra puede recomendarle repetir uno o dos ciclos más para intentar resolver la fimosis.

Es importante que el niño y la familia sigan después con las retracciones del prepucio y una adecuada higiene.

Podéis ver cómo se aplica la crema en el siguiente vídeo: Fimosis: cómo aplicar crema corticoide.

 ¿En qué consiste la cirugía?

El tratamiento clásico es la cirugía. Puede ser la circuncisión (recortar la piel del prepucio sobrante) o la prepucioplastia (realización de un corte sobre el anillo de piel prepucial) si es leve. En ambos casos se suele requerir el ingreso hospitalario del niño y anestesia general o local según la edad y colaboración del niño.

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Fecha de publicación: 21-08-2016
Última fecha de actualización: 27-12-2023
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