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¿Qué pasa cuando un niño nace con pies zambos?

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Fecha de publicación: 30-09-2019

El pie equino varo, o pie zambo es una malformación del pie que se tiene desde que se nace. Si no se corrige a tiempo puede hacer que el pie quede con esa forma y el niño tenga problemas para caminar. Sin embargo, si se trata a tiempo los resultados son muy buenos.

¿Qué es?

Es una combinación de varias deformaciones a lo largo de todo el pie:

  • Deformidad en equino: El pie esta caído, en punta. No se puede hacer la flexión hacia arriba.

  • Varo del retropié (parte de atrás del pie): El talón se dobla hacia adentro apoyando el borde externo del pie.

  • Aducto: Desviación hacia el centro de la parte anterior del pie.

Así, la planta del pie está girada y mira hacia adentro (ver figura 1).

Es la deformidad más frecuente del pie. Está presente en 1-1,5 por cada 1000 recién nacidos vivos. Es más frecuente en varones. En la mitad de los casos se presenta en ambos pies.

¿Por qué se produce?

Hay varias teorías:

  • Causas genéticas, hereditarias.
  • Causas mecánicas por poco espacio en el útero durante el embarazo.
  • Asociado a otras enfermedades.
  • Alteración en la estructura de los tejidos blandos o una detención en el crecimiento de los huesos.

Figura 1: Deformidad característica del pie zambo.

Figura 2: Férulas de corrección. Método de Ponseti.

¿Cómo se detecta o diagnostica?

Con la exploración del recién nacido. El pie tiene la forma característica y no se puede llevar a su posición normal. Es importante ver también si se puede corregir (reductibilidad), que nos dará una idea de la gravedad y las opciones de tratamiento.

Cada vez es más frecuente la sospecha de diagnóstico prenatal por los controles ecográficos habituales del embarazo.

Los estudios de imagen no hacen falta para el diagnóstico aunque tienen utilidad para para el seguimiento.

¿Qué hay que hacer?

Es fundamental la atención precoz por un traumatólogo ortopeda infantil que inicie el tratamiento en los primeros días de vida.

¿Cuál es el tratamiento?

La técnica de corrección más usada es el Método de Ponseti. En la mayor parte de los pacientes la deformidad se consigue corregir totalmente, siempre que se inicie de forma precoz.

Consiste en la colocación de yesos seriados tras una manipulación suave de la deformidad de forma progresiva. Suelen ser necesarios de 3 a 5 cambios de yeso en total, se cambian semanalmente. La última fase es la corrección del equino.Para ello, se realiza una pequeña cirugía sobre el tendón de Aquiles, con anestesia local y sin necesidad de ingreso hospitalario. Inmediatamente se coloca el último yeso que se suele dejar entre 2-3 semanas (ver figura 2).

Una vez conseguida la corrección de la deformidad es necesario mantener la postura correcta. Así evitamos que vuelva a la posición inicial. Para ello, se utilizan férulas abductoras que son unas botitas ligeramente rotadas hacia afuera, con una barra fija de separación entre ellas. Se deben usar las 24 horas del día (menos en el momento del baño) los primeros 3-4 meses y posteriormente solo durante el sueño (siesta y noche) hasta los 4 años de edad.

Si la corrección no llegase a ser completa, habría que valorar una cirugía más tardía en función del grado de rigidez y deformidad del pie.

Es recomendable un seguimiento hasta el final del crecimiento. Si la alteración ocurre solo en un pie, este puede quedar algo más corto de tamaño (1 cm) y la pantorrilla un poco más delgada. Esta leve asimetría no afecta en la marcha ni en la función del pie.

Conclusiones

El pie zambo o equino varo es la deformidad congénita más frecuente del pie. Si se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz los resultados son muy buenos, sin repercusión en la marcha ni en la actividad física del niño. Es necesario un seguimiento hasta el final del crecimiento.

Fecha de publicación: 30-09-2019
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