Nuestro hijo tiene comportamientos no propios de su sexo (2). ¿Qué podemos hacer los padres?

En primer lugar y ante todo, hay que saber que los padres no tienen la culpa de estos comportamientos de sus hijos. Y nada de lo que hagan va a cambiar la identidad sexual de sus hijos. Las personas son quienes son y eso no se puede controlar. Pero los padres tienen el poder de amar y aceptar a sus hijos como son.

Quiera a su hijo tal como es y valórele como PERSONA, independientemente de cómo se vista, mueva o juegue. No lo hace porque quiere. Simplemente es así. Estos niños reciben críticas de sus pares y la sociedad, sobre todo si son niños que actúan como niñas, y, por lo tanto, necesitan del apoyo y la aceptación de sus padres.

• Escuche y observe a su hija o hijo, porque muchas veces esta situación da lugar a mucha confusión y sufrimiento. Hay que aceptar todas sus emociones. Ayudarle a ponerles nombre. Demostrar que los entendemos. Los cuentos y libros nos pueden ayudar a que entiendan sus emociones.
• Aliente a su hijo a hacer actividades que gozan de aceptación social no tan asociadas a un sexo, como natación, atletismo, teatro, música, dibujo, para ayudar a que su hijo “encaje”. Deben ser actividades que le gusten. No hay que forzar actividades que sienta como impuestas.
• Hay que dar importancia a sus cualidades, capacidades y habilidades y animarle a que las desarrolle (inteligencia, constancia, fuerza, curiosidad…)
• Hay que ayudarle a desarrollar estrategias de resistencia o resiliencia para que pueda afrontar las situaciones estresantes que le lleguen en su vida, por éste o por cualquier otro motivo.
• Permita que actúe, se vista o juegue como quiere, o en el caso de que al final el niño sea transexual y esté sufriendo, deje que el niño se presente y exprese en sociedad con el rol de género que ha elegido (esto se llama “transición social”), siempre y cuando el entorno sea seguro. No es un capricho. Es lo que siente. Nadie elige ser transgénero, puesto que serlo es una de las cosas más difíciles que hay.
• Hable con otras personas importantes en la vida del niño, ayúdeles a que entiendan la situación y le apoyen tal como es. Una actitud clara de aceptación por parte de los padres allanará el camino.
• Cree un entorno seguro para su hijo. Estos niños, en la escuela, pueden ser objeto de bromas pesadas, estigmatización o maltrato. Se recomienda hablar claro con el profesorado y con el servicio de orientación escolar. Puede ser útil el apoyo del pediatra en el caso de no comprensión por parte del colegio.

En el caso en que el niño sea transexual y se decida hacer la transición social, habría que preparar el entorno para que el paso sea lo más sencillo y natural posible. Hay que pensar en los posibles problemas antes de que lleguen e intentar resolverlos. Se debe hablar con el colegio, para que el profesorado prepare al resto de los niños, padres y profesores, y para que se resuelvan cuestiones prácticas como puede ser el uso de los vestuarios y baños.

Busque apoyos, tanto profesionales como asociaciones de familias de niños con la misma situación (Leer: Transexualidad o disforia de género). Desgraciadamente, es una situación que no se conoce lo suficiente y a veces no es fácil encontrar personas que sepan acompañar adecuadamente en el camino. Su pediatra puede ser esa persona. Además, hay asociaciones de familiares que han pasado por sus mismas dificultades y temores, que pueden ayudarle a sentirse acompañado en las decisiones que vaya tomando.

¿Y en el futuro?

Ya se verá. Cada persona evoluciona de una manera. Si un niño o niña elige adoptar todos los cambios “sociales” (ropa, peinado, juegos, nombre…) lo más probable es que continúe prefiriéndolo en la vida adulta. Si decide volver a cambiar hay que seguir apoyándole incondicionalmente.

La pubertad es un momento crítico porque si aparecen los caracteres sexuales secundarios de su sexo biológico, puede aumentar mucho más su malestar psicológico. Por eso, si se decide hacer tratamiento hormonal, es conveniente que el pediatra derive al endocrino cuando el menor inicie la pubertad.

El tratamiento bloqueador con hormonas (análogos de gonadotropinas) tiene como finalidad frenar la pubertad. Y un poco más adelante se pueden añadir las hormonas del sexo deseado (hormonación cruzada), si el joven lo desea. No todos los jóvenes que no están conformes con su sexo quieren tener un cambio físico, por eso hay que escuchar los deseos de cada joven. 

Los efectos del tratamiento bloqueador en general son reversibles, sin embargo, algunos de los de la hormonación cruzada no. Los jóvenes deben conocer todo eso antes de iniciar los tratamientos.  Y también deben conocer los eventuales efectos secundarios de las hormonas.

El seguimiento de estos tratamientos debe ponerse en manos de un servicio de endocrinología con experiencia y sensibilidad. Se deben hacer controles periódicos. También es esencial ofrecer la posibilidad de apoyo psicológico si lo desean.

La cirugía se plantea a partir de los 18 años.

¿Será homosexual, gay, lesbiana en el futuro?

No lo sabemos. Las personas pueden tener diferentes inclinaciones sexuales, independientemente de su sexo biológico. La preferencia sexual se desarrolla más tarde.

Lo importante es que su hija o hijo, al llegar a la madurez, pueda tener relaciones saludables con otras personas adultas en un clima de igualdad, aceptación y respeto. Pueda enamorarse o convivir con quien desee, sin etiquetas.

Para saber más...

- El sexo sentido (vídeo). Documentos TV. RTVE (15 de junio de 2014)

- Chrysallis. Asociación de familias de menores transexuales. (Más información y direcciones de contacto por CC.AA. en el artículo de Salud Joven: Transexualidad o disforia de género)

- Una asociación de apoyo americana: Trans Youth Family Allies. Ofrece información en español: TYFA. Recursos en español

- Gender-Diverse & Transgender children (Niños con diversidad de género y transexuales). En healthychlidren.org (página web para familias de la Academia Americana de Pediatría), 2018 (en inglés).

- Una guía para padres

- Cuentos de libre descarga