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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

También es importante decir NO a tu hijo

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Fecha de publicación: 23-01-2017

¿Te sientes mal cuando no permites que tu hijo se salga con la suya? ¿Monta una pataleta si algo no le gusta?

Pocas cosas agotan más que un niño caprichoso. Cuando un niño tiene un objetivo, es capaz de casi todo para lograrlo. Los niños están hechos a prueba de retos, no se dan por vencidos ante un “NO”. Por ello insisten y muchas veces logran lo que buscaban utilizando recursos que han ido adquiriendo a lo largo de sus experiencias con los adultos.

Imagina estas situaciones…

1. Niña en el supermercado un sábado a media mañana. Se le antoja una bolsa de gusanitos. El padre le dice que dentro de poco es la hora de comer y que no los van a comprar. La niña grita. El padre le explica que tiene hecha su comida favorita en casa. La niña chilla más. El padre le recuerda que ya comió chucherías ayer. La niña se tira al suelo. El padre la agarra del brazo, la levanta y promete que otro día se los compra. La niña empieza a llorar a moco tendido. El padre coge la bolsa de aperitivos y se la da.

2. Niño que un martes después de comer le pregunta a su madre si puede jugar a su videojuego favorito. La madre responde que sí, pero cuando termine de hacer los deberes. El niño protesta. La madre le pide que se ponga a estudiar. El niño le promete que lo hará si juega antes un rato a la consola. La madre le grita que le prohíbe utilizarlo en todo el día. Suena el teléfono. El niño empieza a protestar. La madre le pide silencio mientras contesta la llamada. El niño argumenta que siempre hace los deberes y nunca deja tareas pendientes. La madre le dice que haga lo que quiera.

3. Niña que a media tarde le pregunta a su padre si puede ver la televisión. El padre le dice que ya vio un rato por la mañana y que debe esperar a la noche para encenderla de nuevo. Al rato llega la madre del trabajo y el padre se va. La madre se pone a recoger la casa. La niña le pide que juegue con ella. La madre le dice que espere un rato a que termine. La niña insiste. La madre le propone que haga varias actividades, pero la niña no quiere. La niña le pregunta si puede ver la tele. La madre acepta.

Como hemos visto, por vergüenza, por falta de límites y normas o por cansancio, en muchas ocasiones los padres cambiamos de criterio y no somos constantes a la hora de educar. No exigimos responsabilidades a los niños y les convertimos en dependientes y tiranos.

¿Y cómo respondemos?

En el primer caso, la niña aprende que cuanto mayor sea la pataleta, antes se sale con la suya. Ve que si no desiste, al final lo consigue. En el segundo caso, el niño no tiene claras las normas de su familia y encuentra los puntos débiles donde poder ganar terreno. En el tercer caso, la niña empieza a diferenciar de quién puede sacar más beneficio según el caso y no recibe pautas comunes.

Si la dinámica de sus familias no cambia, ninguno de esos niños tendrá una referencia estable, no sabrá bien a qué atenerse. En un futuro cercano podrá desarrollar un carácter difícil. O tener miedos e inseguridades, así como escasa tolerancia a la frustración y al fracaso. Al contrario de lo que pudiera parecer, debemos saber decirles con cariño y respeto que NO, enseñarles a conformarse y exigirles responsabilidades según su edad. Todo ello da a los niños seguridad, tranquilidad y felicidad.

Por todo lo comentado, es importante establecer límites claros, que los niños sepan cuáles son las normas de la casa y hacer que las cumplan.

Cuando sean mayores, gracias a que de niños no cedimos a sus rabietas y chantajes y no les colmamos de caprichos, van a ser mucho más capaces de lograr sus metas, van a tener muchos más recursos y, seguramente, van a ser adultos más libres y plenos.

Descárgate la presentación con los PUNTOS CLAVE: 

Fecha de publicación: 23-01-2017
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