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'Papá, más dinero'. Cómo enseñar a tus hijos a valorar el dinero

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Fecha de publicación: 11-11-2016

En esta sociedad del consumo en la que vivimos, debemos fomentar la educación de los hijos basada en valores como la sinceridad, la tolerancia, la paciencia, la humildad y la comprensión. Cada familia decide cuáles les importan más y sobre ellos asienta el desarrollo de los hijos. Dentro de estos valores, uno que destaca es el RESPETO. Enseñando a los niños a respetar a los demás, estaremos facilitando que convivan con el resto en armonía. Que se hagan valer y respetar. Este respeto engloba muchos aspectos y se puede inculcar desde muy temprana edad.

Para que los niños desarrollen la capacidad de respetar al prójimo, primero deben respetar y valorar las cosas materiales, entre ellas el dinero.

Si el niño rompe un juguete y pronto se le compra otro, no sabrá esforzarse para lograr lo que desea. No sabrá cuidar de sus cosas y mucho menos de las de los otros niños.

¿Cómo lograr que tu hijo valore las cosas?

Aquí algunos ejemplos que puedes tomar y usar con tu hijo, en su nivel de entendimiento.

- Si el niño quiere un juguete, dile cuánto vale. Enséñale el dinero que necesita para comprarlo. Muéstrale monedas y billetes. Aunque no sepa sumar ni entienda el concepto, si puede verlo y tocarlo, aprenderá poco a poco a diferenciar las cantidades.

Si es posible, tómate un tiempo para comprárselo. Así tendrá que esperar. Incluso podrá acumular él mismo las monedas y seguro que le hace mucha ilusión haber sido capaz de conseguirlo.

- Cuando se rompa algo, explícale que para reponerlo, si se puede, tiene que esperar y tener paciencia. No siempre le compres de nuevo el juguete roto. Es bueno que aprenda a frustrarse y a prescindir de cosas que él creía muy importantes. Se tendrá que conformar con el resto de juguetes, que suelen ser muchos.

- Si el niño rompe algo que no es suyo, haz que lo reponga. Bien con dinero o bien dando a cambio algo de un valor parecido. Esto lo puedes hacer cuando ha roto juguetes de otros niños, y con cosas de la casa o de la calle. Si es necesario, coge un juguete suyo y dile que lo vas a vender para conseguir el dinero necesario para pagar lo que se ha roto. Enséñale cómo se sienten los demás cuando él estropea las cosas que no son suyas. Se lo puedes preguntar o puedes simular que le rompes algo suyo.

- Si es un niño que con frecuencia rompe cosas, sorpréndele un día. Esconde todos sus juguetes. Cuando llegue a casa y no los vea, dile que a partir de ahora se va a hacer un inventario. Puede ser de la forma que quieras: con cartulina, con etiquetas, con pegatinas de colores… Sólo si sabe mantener las cosas limpias, recogidas y cuidadas, irá ganando puntos. Así podrá conseguir los juguetes cada vez de mayor valor. Pero, si ves que no trata bien las cosas, le retirarás de nuevo el juguete al “almacén”.

- Juega con tu hijo a que pasáis un fin de semana sin nada de dinero. Durante un rato, imaginad lo que vais a hacer. Cuando el niño proponga cosas que necesiten dinero, pon impedimentos y dificulta la situación. Si, por ejemplo, propone comer fuera, explícale que no se puede sin dinero. Si quiere ir a casa de algún amigo, dile que tiene que ser andando porque hay que pagar la gasolina del coche. Explícale el valor económico de cada cosa que se le ocurra. A la vez, analiza con él el esfuerzo que supone conseguirlo.

- Habla con él sobre tu empleo. Cuéntale lo que haces en esas horas. Dile lo que te gusta de tu trabajo. Y dile también lo que te gusta menos, el esfuerzo que te supone un día de trabajo.

- Pregunta a tu hijo sobre sus juguetes favoritos. Dile lo que cuestan, a su nivel de entendimiento. Si es pequeño, muéstrale lo más caro y compáralo con otros objetos. A él le va a parecer un juego, pero le estarás enseñando a comparar.

También hablad sobre sus actividades favoritas. Explícale cuáles no podría hacer sin dinero.

- No dudes en llevar a tu hijo a la compra diaria. Vete explicándole lo que cuesta cada cosa. Deja incluso que sea él quien pague y recoja la vuelta. A la vez que se divierte y se siente mayor e importante, estará dando valor a las cosas (y haciendo matemáticas sin darse cuenta).

En definitiva, haz a tu hijo partícipe de la vida cotidiana, siempre poniéndote a su nivel de comprensión. Dile tus preocupaciones, tus motivaciones con el dinero, sin exagerar ni meterle en “líos” de mayores, pero permitiéndole que poco a poco se haga responsable de sus cosas y de su vida.

Fecha de publicación: 11-11-2016
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