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Dolor torácico ¿cuál es su significado?

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Fecha de publicación: 7-10-2014

¿Qué es?

Es el dolor localizado en el tórax. Es relativamente frecuente en niños de todas las edades. Pero, sobre todo, en adolescentes.

En el tórax hay muchos elementos anatómicos diferentes: esófago, tráquea, pulmones, corazón, varios músculos y huesos, y por supuesto la piel. Todos ellos pueden producir dolor. Por tanto, dolor torácico no es sinónimo de dolor cardíaco.

¿Cuál es su causa?

Existen muchas causas posibles, pero muy pocas se consideran graves. Las más frecuentes son las de origen muscular, psicológico e idiopático (no se identifica la causa). Juntas suponen hasta el 75% de las causas de dolor torácico.

Las causas cardiológicas, sin embargo, representan menos del 5% del total. Habitualmente aparecen en pacientes que ya se sabe que tienen problemas de corazón u otras enfermedades importantes.

Algunas causas de dolor torácico:

  • Musculares: traumatismos o sobrecarga por uso excesivo (tos, deporte…), de origen mamario (inflamación, crecimiento).

  • Respiratorias: crisis de asma, infecciones (neumonía).

  • Digestivas: reflujo gastroesofágico, esofagitis, "gases", ingestión de cuerpo extraño que irrite el tubo digestivo,...

  • Psicológicas: ansiedad, preocupación, nerviosismo, crisis de pánico… (pueden acompañarse de alteraciones del sueño y del apetito y cambios de conducta)

  • Oseas: contusiones y fracturas (sobre todo costales). También, inflamación de las zonas de unión entre huesos y cartílagos.

  • Cutáneas: infección por herpes.

  • Cardíacas: taquicardia, infecciones (miocarditis, pericarditis). El infarto es extremadamente raro en la infancia.

¿Debo preocuparme?

El dolor torácico suele causar ansiedad tanto en los niños como en los familiares porque frecuentemente se comparan con los adultos, donde sí suele ser sinónimo de afectación cardíaca. Sin embargo, la gran mayoría de los procesos que causan dolor torácico en los niños son benignos. Suelen ser de resolución rápida y espontánea; y no amenazan su vida.

¿Cómo puedo tratarlo?

En general, el tratamiento va dirigido a mejorar los síntomas (analgésicos de tipo ibuprofeno y paracetamol).

En los casos de origen traumático se añadirá reposo. Si es posible, se inmovilizará la zona afectada.

Si se sospecha una causa psicológica (porque se identifique un factor desencadenante o se hayan descartado otras causas) es beneficioso mantener un ambiente tranquilo e intentar resolver el desencadenante, si se identifica.

Puntualmente puede ser necesario usar ansiolíticos, u otros medicamentos específicos como antiácidos para el reflujo o antibióticos para una infección respiratoria. Todos ellos deben ser prescritos por un médico.

¿Cuándo debo consultar?

Aunque lo habitual es que se deba a una causa banal, que en muchas ocasiones los propios familiares van a reconocer, se aconseja consultar con su pediatra cuando:

  • El dolor sea muy intenso y/o desproporcionado para la causa sospechada.

  • Si es de larga duración (días, semanas) o si limita su actividad diaria.

  • Cuando asocie fiebre, palidez, sudoración importante, palpitaciones, dificultad para respirar.

  • Siempre que aparezca con el ejercicio o el esfuerzo.

  • En caso de traumatismo grave (gran altura, elemento pesado…)

  • Ingestión de cáustico.

  • Vaya acompañado de mareo o pérdida de conocimiento.

  • Si padece alguna enfermedad: cardiológicas, asma, cirugía.

Fecha de publicación: 7-10-2014
Última fecha de actualización: 04-12-2021
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