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Beneficios y riesgos de la práctica del baile en la infancia y juventud

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Fecha de publicación: 25-09-2018

Los beneficios del baile y la danza son amplios. Contribuyen a evitar el sedentarismo. Favorecen la coordinación y elasticidad, gracias a sus movimientos.

Por otro lado, el riesgo de lesiones es muy bajo. Además, muchas se pueden prevenir.

Se requiere la asimilación de pasos y ritmo, en un contexto de armonía grupal. Por ello, la edad de 3 - 4 años puede ser la adecuada para iniciar la práctica de danza.

Además de danza clásica, hay muchos estilos como “zumba”, “reggaeton” o “breakdance”.

¿Qué beneficios se obtienen de la práctica del baile?

Tiene efectos positivos a varios niveles.

  • Favorece el desarrollo físico y emocional.

  • Contribuye a mantener la condición física.

  • Corrige anomalías de la postura.

  • Estimula la creatividad.

  • Impulsa la expresión corporal.

  • Da rigor y confianza.

  • Fomenta la memorización con el aprendizaje de coreografías.

  • Facilita las relaciones sociales.

  • Permite combinar aprendizaje y diversión.

¿Pueden ocasionar lesiones?

Sí. Técnicas incorrectas o algunas características propias del individuo, pueden originar lesiones.

Este riesgo baja mucho si se siguen las indicaciones de los profesionales y se usa material apropiado.

Las lesiones más frecuentes suelen ser en las extremidades inferiores. Partes blandas de rodilla y tobillos (tendones y músculos) suelen ser los más lesionados.

Otro tipo de lesiones que pueden surgir son los conflictos psicosociales. Solo se dan en casos extremos, cuando los padres pretenden conseguir un nivel de excelencia por parte de sus hijos. Suele ser por una exigencia desproporcionada.

A. Tendinopatías: son las lesiones que afectan a los tendones, que unen los músculos al hueso.

Se producen por una sobrecarga o por una anomalía en la contracción. Las malas posturas, el desequilibrio, la sobrecarga muscular o incluso un aporte restringido de líquidos pueden originarlas.

Causan dolor e inflamación. El grado de mayor afectación lo indica habitualmente el dolor permanente tanto en actividad como en reposo.

Una variante son los esguinces, producidos por la distensión brusca de los ligamentos de la articulación.

B. Lesiones musculares: pueden ser el desgarro de fibras o la rotura parcial o total del músculo. Se debe a una elongación excesiva o a una contracción brusca.

Cursa con dolor en la zona muscular. Puede existir imposibilidad de movimiento. Además de ver un hematoma.

C. Lesiones que afectan a los huesos: son menos frecuentes, aunque pueden aparecer por motivos de caídas. También pueden ocurrir por estrés, en los casos de actividad física extrema. Por ello se debe controlar la densidad ósea.

Hay distintas variantes:

  • Fractura: es la rotura del hueso.

  • Fisuras del hueso por contracciones intensas y repetidas.

  • La periostitis cuando surge una inflamación de la envoltura ósea.

  • Otro tipo de lesión es la luxación que afecta a las articulaciones. Se pierde el contacto de las superficies articulares. Produce dolor importante e impide mover de la articulación. Cuando hay hiperlaxitud o mayor flexibilidad, es más fácil el esguince o la luxación.

D. Efectos sobre la menarquia: pueden surgir en actividades de élite o de máxima exigencia física. El poseer menor grasa corporal, el estrés, la nutrición inadecuada o el entrenamiento excesivo pueden llevar a una ausencia o retraso en la menstruación.

E. Conflictos psicosociales: con consecuencias desfavorables en la dinámica familiar. El interés por parte de algunos padres por el perfeccionamiento excesivo de sus hijos, supone facilitar una relación de sustitución de la figura de los padres por los entrenadores. Esto favorece la vulnerabilidad de los niños, aislándolos socialmente y contribuyendo a que dependan de otros.

La exigencia de especialización contribuye a la pérdida de los beneficios de la actividad. Y ocasiona mayor estrés.

A menor edad, la exigencia de especialización en una actividad física comporta mayor riesgo de desánimo, ansiedad o depresión.

¿Cómo prevenir posibles lesiones?

- Las lesiones musculares se pueden prevenir con calentamiento previo y con un calzado apropiado y adecuado al tamaño del pie.

- En el caso de las tendinopatías, el aporte de líquidos y el calentamiento previo son fundamentales. Junto a los estiramientos tras la práctica del baile.

- Los esguinces se pueden disminuir trabajando y corrigiendo el equilibrio.

- Las lesiones del hueso se previenen evitando los cambios bruscos de ritmo y la fatiga.

*Advertencia especial para los practicantes de “breakdance”. Deben emplear protección, en codos, hombros, muñecas, rodillas y cráneo. Casco, muñequeras, rodilleras y protectores de hombros son necesarios en este caso.

- En caso de luxación, el refuerzo muscular de la articulación la puede prevenir.

- En los casos de actividad física extrema se debe controlar la densidad ósea. Su disminución puede contribuir a fracturas de estrés.

- Sigue las recomendaciones y valoraciones realizadas por profesionales. Para el tratamiento de lesiones se debe consultar a médicos y fisioterapeutas.

- Cuando no se hace el reposo suficiente para lograr la recuperación, se puede producir una propensión a la lesión.

¿Cómo prevenir conflictos psicosociales?

Es importante que el baile suponga una diversión. Se debe evitar sacrificar a la familia o a los amigos. No se trata de convertirse en una estrella. Sino de practicar una actividad que favorezca la forma física y el equilibrio emocional. Sin que repercuta negativamente en el desarrollo normal de la vida.

El conocimiento del entorno en que se desarrollan las actividades de niños y jóvenes es clave para evitar la manipulación dietética o posibles abusos.

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Fecha de publicación: 25-09-2018
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