Hoy en día la mayor parte de la información se encuentra en formato digital. Ya no se usan las enciclopedias. Los periódicos y revistas se editan en formato electrónico. Queda patente que ha cambiado la forma de acceder a la información y de comunicarse. Esto afecta a todos los ámbitos, incluido el de la salud. Internet se ha convertido en un lugar con múltiples recursos para obtener información sobre temas relacionados con la salud y el bienestar, y como forma de comunicación. Las personas usan Internet para conversar, compartir experiencias o establecer relaciones sociales con profesionales sanitarios u otras personas.
Pero no toda la información que aparece en Internet es válida. Numerosos estudios demuestran que muchos sitios web ofrecen información que es inexacta o incorrecta. En la Web 2.0 cualquier persona puede generar y publicar contenidos en la red con las intenciones que considere oportunas, hay quienes comparten su conocimiento o información sobre un tema concreto con buenas intenciones pero otros publican contenidos falsos o con fines fraudulentos. Si la información no es la adecuada, puede generar acciones que afectan negativamente a la capacidad de la persona para tomar buenas decisiones sobre su salud.
En este sentido se tiene que orientar la formación de las personas en general y de los chicos en particular. Debemos ser capaces de reunir, procesar, comprender y evaluar críticamente la información que encontramos en Internet, especialmente cuando se refiere a la salud. Esto se debe fomentar desde la escuela y el instituto y la familia. Básicamente es importante tener en cuenta: quiénes son los responsables de la web, quiénes los autores, qué fin persigue, a quién va dirigida la información, si está actualizada, de dónde procede la financiación y si los contenidos publicitarios están claramente diferenciados.
Y, en cualquier caso, se aconseja mantener siempre una actitud vigilante y, antes de tomar decisiones que puedan afectar a la salud personal o de sus familiares, consultar con su médico, enfermera, farmacéutico o profesional de la salud de su confianza.
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¿Sois críticos y contrastáis la información que encontráis en la Internet? o simplemente ¿os fiais de la información que se obtiene en las primeras posiciones de los buscadores?
Agradecemos vuestros comentarios.
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Marta E. Vázquez Fernández. Pediatra. Centro de Salud “Arturo Eyries“. Valladolid