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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

Mi hijo no ve bien

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Fecha de publicación: 16-01-2012

La visión es fundamental para el desarrollo del niño. Más del 80% de lo que se aprende en la escuela se procesa a través de la vista. Eso da idea de la importancia de una buena visión para el progreso escolar.

¿Cómo vemos?

La retina es la capa más interna del ojo. Contiene células sensibles a la luz, que reciben las imágenes para mandarlas al cerebro a través el nervio óptico. Las imágenes llegan nítidas a la retina, independientemente de la distancia a la que se encuentren, porque han pasado a través de una lente, llamada cristalino, que las enfoca en la retina. La capacidad del cristalino para enfocar la imagen en la retina desde diversas distancias se llama acomodación.

La imagen llega a cada ojo desde una posición distinta. Estas dos imágenes ligeramente diferentes se mezclan en una sola imagen en el cerebro. Si esto no fuera así, veríamos doble. Este proceso se llama fusión binocular y es lo que nos permite la visión en profundidad, es decir, que veamos en tres dimensiones.

Problemas visuales frecuentes

Cuando el ojo no es capaz de enfocar la imagen en la retina surgen los errores de refracción como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, en los que las imágenes se ven borrosas (figura 1).

- La miopía ocurre cuando el ojo es algo más grande de lo debido. Esto hace que la imagen se enfoque por delante de la retina. Al ojo miope le cuesta enfocar los objetos que están lejos, pero puede ver bien de cerca. Es más frecuente en la edad escolar. Tiende a empeorar a medida que el niño crece y precisa corrección.

- La hipermetropía se debe a que el ojo es más pequeño de lo normal y la imagen se enfoca más allá de la retina. En estos casos se ven mejor los objetos de lejos que de cerca. La mayoría de los niños tienen un cierto grado de hipermetropía que mejora con el crecimiento del globo ocular. No suele precisar corrección, siempre que sea simétrica, es decir, que afecte a los dos ojos por igual.

- La capa externa del ojo, la córnea, debe ser transparente y su curvatura simétrica, como una pelota de baloncesto. El astigmatismo aparece cuando la curvatura de la córnea es irregular, como una pelota de rugby. Esto da lugar a que la imagen llegue distorsionada a la retina, ya que los rayos de luz no se enfocan en solo punto sino en varios, pudiendo hacerlo por delante o por detrás de la retina.

La dioptría es la unidad de medida que se usa para valorar el error de refracción del ojo. La lente de las gafas será más potente cuanto mayor sea el número de dioptrías. En la miopía, la prescripción de dioptrías es un número negativo. En la hipermetropía, las dioptrías tienen un valor positivo.

- El estrabismo aparece cuando uno de los ojos se desvía hacia dentro o hacia fuera de forma constante o intermitente.

- La ambliopía (ojo vago) es un trastorno en el desarrollo de la visión de un ojo, que no puede alcanzar una agudeza visual normal, incluso con gafas. Suele aparecer en la niñez y casi siempre afecta a un solo ojo. Las causas más frecuentes de ojo vago son el estrabismo y los errores de refracción, sobre todo si son asimétricos (afectan más a un ojo).

Figura 1: Enfoque de la imagen en el ojo normal y en los errores de refracción

Revisiones de la vista

Es importante detectar de forma precoz los problemas de la vista. Así podremos asegurar que el niño adquiere la visión necesaria para sus actividades cotidianas y para el aprendizaje escolar.

El recién nacido tiene la visión poco desarrollada, pero madura rápidamente en los primeros meses y casi se ha completado hacia los tres años. La visión se valora de forma habitual en los controles de salud infantil. La valoración de la agudeza visual se hace a partir de los 3 o 4 años.

La agudeza visual es la medida de la capacidad del ojo para ver de forma clara los objetos. Se expresa en forma de fracción (3/6) o decimal (0,5). Por lo general, está determinada por el símbolo más pequeño que se puede reconocer en un optotipo.

Los optotipos son unos paneles con símbolos de distintos tamaños que el paciente debe mirar a una distancia determinada. Los más utilizados son los que tienen letras o números. En los niños que no saben leer se utilizan figuras parecidas a una C o una E en diferentes posiciones (figura 2). También se usan a veces, para los niños más pequeños, dibujos infantiles como un coche, una casa, un pájaro… Los optotipos se pueden emplear a partir de los 3 o 3½ años en la mayor parte de los niños. Los padres pueden preparar a su hijo en casa para la prueba de la E en diferentes posiciones, de forma que el niño sepa en qué consiste. En esta dirección de Internet está disponible un panel de optotipos E -Fundación ProVisu-.

En menores de tres años no se puede medir la agudeza visual. Si hace falta, la refracción debe ser determinada por el oftalmólogo con otras técnicas que no precisan de la colaboración del paciente.

Figura 2: Optotipos de letras y E en diferentes posiciones

¿Cuándo sospechar problemas en la visión?

Algunos signos que indican que un niño puede tener problemas en la vista son:

  • Parece que tuerce los ojos (a partir de los seis meses de vida)
  • Acerca mucho los juguetes a los ojos o se acerca excesivamente a los libros
  • Tuerce la cabeza para leer o para mirar algo concreto
  • Entrecierra los ojos cuando se fija en algo lejano
  • Guiña siempre el mismo ojo cuando está en la calle
  • Se frota los ojos repetidamente
  • Lagrimea o parpadea con frecuencia
  • Tiene los ojos enrojecidos a menudo
  • Le molesta excesivamente la luz solar
  • Se queja de dolor de cabeza por las tardes
Fecha de publicación: 16-01-2012
Autor/es:
  • Jaime García Aguado. Pediatra. Centro de Salud “Villablanca”. Madrid
  • Grupo PrevInfad. Prevención en la infancia y adolescencia (PrevInfad). Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)