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La AEPap presenta sus Decálogos de Fiebre y Tos

La fiebre y la tos constituyen dos motivos frecuentes de consulta para el pediatra de atención primaria y los servicios de urgencias. Y son motivos habituales para dar tratamiento sintomático, bien por indicación médica, bien por criterio de la familia o del personal de las oficinas de farmacia. No obstante, el uso de antipiréticos y antitusígenos en Pediatría debe hacerse de una forma más racional y sabiendo su utilidad y sus limitaciones.

La fiebre no es una enfermedad; sirve para defendernos contra las infecciones causadas tanto por virus como por bacterias.

Sin duda el papel del pediatra de atención primaria es educar sobre la fiebre a las familias. Debe tratarse el dolor o las molestias que causen un proceso febril y no la fiebre en sí misma.

La tos es un reflejo desencadenado por irritación, compresión mecánica o inflamación de la vía aérea, que cumple la función fisiológica de eliminar secreciones de la vía aérea y regular su temperatura.

La falta de inocuidad de antitusígenos y otros medicamentos utilizados para el tratamiento de los procesos catarrales está ampliamente documentada, sobre todo en niños menores de cinco años.

Es de primordial importancia la educación sanitaria a las familias, explicando los efectos beneficiosos de la tos, del tratamiento de la causa que la produce cuando sea posible y procurando que el niño con tos, sobre todo si se debe a procesos catarrales de vías altas, tenga una adecuada hidratación, se favorezca la humificación ambiental y se evite el tabaquismo pasivo.

Aquí puedes ver las recomendaciones que hacemos desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap):

Fecha de publicación: 6-06-2012