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Lactancia materna y vacunas

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Fecha de publicación: 8-05-2019

La lactancia materna y las vacunaciones de la madre, de sus hijos y de los demás familiares, son una parte básica en la salud de toda la familia

En los primeros meses de vida de los bebés se suma, de una parte, la lactancia materna (principal fuente de alimentación). De otra, un calendario vacunal que se inicia a partir de los 2 meses de edad. A veces surgen dudas sobre la compatibilidad entre vacunas y lactancia.

"Un lactante amamantado puede recibir todas las vacunas que le correspondan según la edad"

Las vacunas del lactante, se ponen siempre cuando marca el calendario vacunal. No hay necesidad de retrasar las vacunas, ni de interrumpir la lactancia. Incluso, amamantar a su bebé a la vez que se le inyectan vacunas, puede calmar el dolor propio de los pinchazos.

"Una madre que está lactando a su hijo, puede recibir las vacunas que necesite"

Una mujer que está dando pecho a su bebé, puede recibir todas las vacunas que necesite. No hay que demorarlas por este motivo, ni parar la lactancia. Las primeras semanas tras el parto son un buen momento para poner las vacunas pendientes que no se hayan podido poner durante la gestación.

Las únicas precauciones (pero no contraindicaciones) a tener en cuenta son las vacunas de la varicela y la fiebre amarilla.

Vacuna de la varicela en la madre:

Todas las mujeres en edad fértil deben estar protegidas frente a la varicela, bien por haber pasado la enfermedad o bien por estar vacunadas.

Lo recomendable es:

  • Si una mujer no recuerda o no está segura de haber pasado la varicela y no se ha vacunado antes, necesita recibir 2 dosis (con un intervalo mínimo de 1 mes entre ambas); en el caso de que solo hubiera recibido antes 1 dosis, le corresponde recibir la segunda.
  • Si una mujer no está inmunizada, después del parto es un buen momento para recibir la vacuna de la varicela. De esta forma se asegura su protección e indirectamente la de su bebé, y evita los riesgos de enfermar de varicela en un eventual nuevo embarazo.
  • En los raros casos en los que a la madre le salga una erupción alrededor del lugar de la inyección tras vacunarse, habrá que evitar que la piel del bebé toque esta zona. Para ello, basta cubrir la zona con una gasa o con ropa, y lavarse bien las manos.

Vacuna de la fiebre amarilla en mujeres que están lactando y van a viajar a zonas del mundo con esta enfermedad:

La fiebre amarilla es una enfermedad seria y a veces grave. Es frecuente en algunos países de África y América Latina.

Siempre que sea posible, embarazadas y lactantes pequeños, deben evitar los viajes a zonas donde exista esta infección. Al menos los primeros 9 meses, ya que a partir de esta edad el bebé se puede vacunar. La vacuna de la fiebre amarilla contiene vivus vivos aunque atenuados. Cuando se vacuna a una mujer que da el pecho, los virus pueden aparecer, en pequeña cantidad, en su leche. Por eso, se contraindica en este caso. Pero si el viaje a una zona endémica no puede evitarse, puede valorarse vacunar a la madre, pues el riesgo de la vacuna para el bebé a través de la leche es muy pequeño y el de la madre si enferma, es muy serio.

Un enlace interesante: Lactancia materna y vacunas del Comité Asesor de Vacunas.

Fecha de publicación: 8-05-2019
Autor/es:
  • Ángel Hernández Merino. Pediatra jubilado. Colaborador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Madrid