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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

Acercar la lectura a los adolescentes es posible

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Fecha de publicación: 14-04-2014

El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Jorge Luis Borges.

Leer es fundamental para el adolescente. La lectura mejora su expresión oral y escrita, produce un aumento de su léxico y constituye una importante fuente de conocimiento. Permite formar personas más cultas, reflexivas, criticas, autónomas, libres y competentes en distintos ámbitos de la vida: personal, escolar, familiar, laboral y social. Además de la sensación placentera que llega a producir.

Pero cuando llega la adolescencia, el interés por la lectura se va perdiendo, porque aparecen otras prioridades (la imagen corporal, las salidas nocturnas, el sexo, las nuevas tecnologías…) y falta tiempo, ¡con una agenda tan ocupada! Si esto es difícil en chicos que en la infancia tenían interés por la lectura, más costoso será aún si previamente, en la infancia, no se ha adquirido el hábito lector. Pero no es imposible, porque nunca es tarde para descubrir la lectura, como pasa con otros aspectos de su vida, sobre todo cuando se busca solución a problemas existenciales que invitan a la reflexión y a la soledad (motivaciones afectivas).

Así que nunca es tarde para animar a leer, desde casa y desde los centros educativos. Es en el hogar donde se crea un contexto adecuado para que surjan lectores apasionados. Asimismo, en la escuela, los profesores deben enseñar a valorar y disfrutar de la lectura, para convertir un hábito en un placer.

Pero no se debe hacer imponiendo. Encontrar el libro adecuado que a cada adolescente le divierta o le ayude a materializar sus intereses es el punto de partida más efectivo para engancharles a los libros. La poca afición a la lectura de los jóvenes puede deberse a que nunca han encontrado lo que realmente buscaban.

A continuación, se proponen una serie de pautas para lograr este objetivo:

1. En casa, los padres pueden inculcar la afición a la lectura con el ejemplo. La motivación se trasmite por contagio. Si los padres aman los libros y hablan de ellos, los hijos estarán más predispuestos a la lectura.

  • Tal vez una buena idea sea regalarles libros de los temas que de verdad les interesan, aunque siempre es posible alentar la lectura de libros sobre nuevos intereses. Muchas editoriales de libros indican el nivel de lectura en la portada del libro y suelen incluir una descripción para comprender la diferencia entre los niveles, aunque también en la biblioteca o en la librería le pueden orientar.
  • Los padres deben promover el “ocio de la lectura” de sus hijos, especialmente durante los fines de semana o las vacaciones.
  • También puede resultar interesante crear una lectura paralela (padre-hijo) y después hablar y comentar.
  • Otra idea es crear en el hogar pequeñas bibliotecas donde se pueda ir a consultar o elegir libros y establecer lugares acogedores para la lectura. El material de lectura no tiene por qué ser exclusivamente el libro. A los jóvenes también les puede gustar leer en: revistas, Internet, libros electrónicos, periódicos, comics, etc. Es mejor diversificar con lectura de distintos estilos (informativa, poesía, teatro, etc.) no solo lo narrativo, y así alimentar diferentes tipos de curiosidad lectora.

2. El profesor debe fomentar también esta pasión hacia la lectura, sobre todo en los casos en los que el alumno no cuenta con el apoyo familiar.

  • En primer lugar, eligiendo libros adecuados a la mentalidad de sus alumnos y que despierten su interés.
  • En segundo lugar, no forzando la lectura de libros de forma obligatoria. Se recomienda que el educador proponga una serie de libros de diferentes estilos que atiendan a la diversidad de gustos: fantásticos, realistas, leyendas, novelas policíacas, de aventuras, de suspense, históricas, biografías, poesía o teatro. De manera que pueda escoger el libro que más le guste y empiece a adquirir autonomía lectora.
  • Por otra parte, tampoco se aconseja que el profesor mande elaborar fichas de libros a sus alumnos, ya que suele provocar el efecto rebote. Mejor sería que el profesor realice, después de la lectura de un libro, preguntas espontáneas o actividades que fomenten su creatividad.
  • También puede ser muy beneficioso dedicar un tiempo a la lectura en clase, así como formar una pequeña biblioteca dentro del aula.

3. Por otra parte, no hay que menospreciar el poder de contagio de las lecturas que se recomiendan y pasan entre ellos. Muchas veces tiene más fuerza el consejo de un igual que el que procede de los padres o del profesor. Estas lecturas circulan con una rapidez sorprendente, pero se pueden facilitar espacios de intercambio para que se presten o comenten sus tesoros.

Para padres o educadores aficionados a la lectura no será difícil recomendar libros próximos a los intereses de los adolescentes, si buscan en sus recuerdos. Pero aquí le podemos hacer alguna sugerencia, tan solo algunas ideas:

En Familia y Salud: RECURSOS: Cuentos y libros - Libros para adolescentes: Me gusta leer...

1. Momo. Michael Ende
Momo es una niña que tiene un talento especial que utiliza para ayudar a los amigos que vienen a visitarla, a los que están tristes que se sientan mejor y a los que están enfadados que solucionen sus problemas. De repente los hombres de gris van a cambiar su vida.

2. Cometas en el cielo. Khaled Hosseini
El libro narra la historia de Amir, un niño de un barrio Kabul, y de su mejor amigo. Amir se propone ganar una competencia de cometas, aunque ello signifique sacrificar su amistad con Hassan. La trama transcurre en Afganistán.

3. Dios vuelve sobre una Harley. Joan Brady
Christine es una treintañera, descontenta con ella misma, que necesita la ayuda de un desconocido para aprender a quererse a sí misma y ser feliz plenamente.

4. El niño con el pijama de rayas. John Boyne
Esta pequeña novela nos introduce en el mundo imaginario de unos niños en el contexto de la segunda guerra mundial. Uno de ellos es alemán, libre, rico y con futuro brillante. El otro es judío, preso y pobre. Entre ellos surge una bonita amistad, que entrañara riesgos que ni siquiera alcanzan a imaginar.

5. En un lugar llamado guerra. Jordi Sierra i Fabra
Un periodista destinado a ser corresponsal en un país en guerra. Un niño que le guía por lo que realmente es vivir una guerra. Y una amistad que ya no se romperá por las experiencias vividas juntos.

6. Un mundo amarillo. Albert Espinosa
El autor narra en primera persona cómo superó una grave enfermedad en la adolescencia y las vivencias y enseñanzas que de ello obtuvo. Ya en la edad adulta reflexiona sobre cómo afectar nuestro yo presente, en parte consecuencia de nuestro yo pasado.

7. Desde mi cielo. Alice Sebold
Narra la historia de una pequeña niña que es asesinada, y ya desde su cielo cuenta a sus padres todo aquello que no pudo decirles en vida. Poco a poco nos enseña cómo valorar las pequeñas cosas de nuestro día a día que, a veces, pasan desapercibidas.

8. 86 cuentos. Kim Monzó
Recopilación de una serie de relatos cortos de diferente temática, entretenido y dinámico.

9. Una pasión vintage. Isabel Wolff
Dos mujeres en diferentes décadas de su vida encuentran en el relato de sus vivencias un vínculo especial que las ayudará a superar los obstáculos que se van encontrando. Todo ello bajo el velo del misterio que oculta un pequeñito y antiguo abrigo azul.

10. El Dios de las pequeñas cosas. Arundhati Roy
Los estragos que la pobreza hace en la India es analizada a través de los ojos de unos niños que aprenden a vivir (y no sólo sobrevivir) con lo poco que tienen.

11. El príncipe de la niebla. Carlos Ruiz Zafón
Max es un adolescente que huye de la ciudad con su familia, para escapar de la guerra. Se instala en un pequeño pueblecito costero. Cerca de su nueva casa existe un extraño jardín donde estatuas que parecen ser vivientes, le llevarán a resolver un oscuro secreto que lleva oculto décadas.

12. Marina. Carlos Ruiz Zafón
Óscar un adolescente aventurero encuentra por casualidad un viejo caserón que esconde un misterio, donde viven Marina, una niña de su edad, y su padre. Tras una serie de aventuras, Óscar descubre que Marina está gravemente enferma.

13. El diario de Ana Frank. Ana Frank
La biografía de una niña judía condenada durante el holocausto a vivir recluida con su familia en un pequeño zulo, lejos de los soldados alemanes.

14. El principito. Antonie de Saint-Exupery
El Principito concentra, con maravillosa simplicidad, la larga y constante reflexión de Saint-Exupéry sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida, en un contexto marcado por el conflicto mundial y el desasosiego de un escritor y piloto, profundamente afectado por su soledad.

15. La vuelta al mundo en 80 días. Julio Verne
Narra las aventuras y desventuras de un excéntrico londinense para intentar dar la vuelta al mundo en sólo 80 días, con el fin de ganar una apuesta.

Fecha de publicación: 14-04-2014
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